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La candidatura del cambio en España

Abundan ya las encuestas sobre las elecciones generales del 23 de julio. El PP gana al PSOE con claridad en todas las encuestas que se están publicando (no tengo en cuenta las de el socialista Tezanos, al frente del público CIS, por las razones obvias de su absoluto descrédito).

Lo tremendo es el peso de partidos como la Izquierda republicana de Cataluña (ERC) que con el 3% puede tener 12 escaños, JxCat (2,3% y 8 diputados), PNV (1.5%y 6), EHBildu (1,1% y 5) y Otros (5,4% y 7). Pero ni así podrá gobernar Pedro Sánchez, que en Melilla tampoco podrá ganar. La lista del PP melillense para las generales no ha demostrado novedad alguna, más allá de la ya esperada y pre anunciada ausencia de Juanjo Imbroda entre los aspirantes al Senado. La lista del PSME-PSOE parece decidida por su peor enemigo y las declaraciones de Gloria Rojas sobre tal lista y su futuro mueven al sarcasmo.

“Sois la candidatura del cambio en España ”. Así definió el martes Albero Núñez Feijoó -presidente del PP y más que probable presidente de España tras las elecciones del 23 de julio- a sus candidatos al Congreso. Obviamente no se refería, en cuanto a cambios en las listas, a los candidatos melillenses al Congreso -que es donde se vota la presidencia- y al Senado. La mutación -del Congreso al Senado y viceversa- entre Fernando…Otazu y Sofía Acedo no es novedad, se preveía y ya veremos si es acertada o no. El cese como congresista de Juanjo Imbroda ya estaba anunciado por él mismo, aunque cabe la duda pública de si lo ha decidido finalmente él -como yo creo- o se lo han ‘sugerido’ desde la calle Génova, la sede central del PP. Isabel Moreno tampoco es un cambio novedoso. Si al cambio se llega cambiando, el PP local no parece haber elegido ese camino.

Burocracia extrema

El gran articulista que fue Azorín le recomendó a Manuel Alcántara -que también fue un gran articulista, al que conocí bien- que se formase leyendo diccionarios, y le hizo caso. Ahora yo también acudo con frecuencia a los diccionarios -especialmente a la joya que tengo en casa, el Diccionario General Etimológico de La Lengua Española, de Roque Bárcia, una herencia familiar. Sobre el ‘sarcasmo’ dice: “ironía mordaz y amarga que se ofende atrozmente a alguna persona; etimológicamente proviene el griego (sarcasmo, carne), primero, y después del latín (sarcasmus). El sarcasmo es una ironía que se clava en la carne, que hace sangre, que descarna”. Pues eso, Gloria.

El sarcasmo puede terminar en tragedia. Schiller (el autor del célebre Guillermo Tell) mantiene que el origen del mito fundacional de Suiza fue la humillación de un solo individuo, obligado a acertar con su ballesta una manzana colocada en la cabeza de su hijo, lo que desencadenó el movimiento de independencia suizo. Schiller sostenía que el conocimiento de la realidad sólo es posible a través de la estructura mental del sujeto. La autoridad política y eclesiástica era absoluta entonces (finales del XVIII). Ahora, en lugares como Melilla y si eliminamos lo de la autoridad eclesiástica, la situación no ha mejorado demasiado. Nos sigue faltando, en Melilla, una estructura mental sólida de los ciudadanos que nos libere de nuestras pesadas cadenas burocráticas. Obviamente, liberarnos de la inmensa autoridad política y de las cadenas burocráticas no es crear más ‘autoridades’ políticas y más burocracia.

Como me obligaron, en el Instituto, a leer El Quijote siendo yo muy pequeño, le tomé manía. Después, poco a poco, lo he ido entendiendo. Me ayudaron definiciones como una que no he podido olvidar, la del enciclopedista alemán Dietrich Schwartz: Don Quijote habría de leerlo gente que, apremiada por la necesidad de dar un sentido a su vida banal, transforma la realidad en un escenario fantástico en el que poder interpretar un papel excepcional.

El último virrey, el penúltimo estúpido y los idiotas

“Las Leyes de Indias: monumento pionero de humanidad y justicia al que deberían echar un vistazo tantos idiotas que, a uno y otro lado del Atlántico, insultan a España poniendo fuera de contexto hechos y siglos que ni conocen ni comprenden” (Arturo Pérez-Reverte, XL Semanal del domingo).

Pérez-Reverte es hoy miembro de la Academia de la Lengua y un escritor famoso y rico. En 1996 vino a Melilla a hacerle la pelota al entonces delegado del Gobierno en nuestra ciudad, Manuel Céspedes, como enviado de la televisión pública (TVE). A Manuel Céspedes le calificó Arturo como ‘el último virrey’. Yo escribí el 26 de mayo de aquel año una Carta del Editor con el título de ‘El último virrey y el penúltimo estúpido’. Céspedes fue cesado como delegado del Gobierno pocos días después. Pérez-Reverte, al que califiqué, por lo que hizo y dijo de Melilla, como ‘el penúltimo estúpido’, ha seguido después una trayectoria triunfal y escribe artículos tan buenos como el que acabo de transcribir. Enhorabuena.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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