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“La ampliación de la pista y la terminal solo se contemplan si el aeropuerto crece muy por encima de sus posibilidades”

Director del aeropuerto

Miguel Palomares acaba de cumplir cinco meses como director del aeropuerto de Melilla. Tras su presentación oficial, ofrece una entrevista a MELILLA HOY para repasar algunos temas de actualidad sobre el transporte aéreo.

– El barco ha sido siempre el medio más usado por los melillenses, pero el avión le ha dado este año un sorpasso. ¿A qué cree que se debe esta nueva tendencia? ¿Es por mérito propio del transporte aéreo o por deméritos del marítimo?
– No sabría decirle, porque tampoco conozco mucho el transporte marítimo, pero creo que lo importante es que el melillense, al final, esté conectado y pueda ir a la península. Nosotros damos un servicio similar al que da el puerto, aunque con otro sentido. Lo importante es que ambas infraestructuras conectamos con la ciudad y le damos un servicio continuo.

– La pandemia lo condiciona todo, incluso la movilidad. ¿Se está recuperando el aeropuerto de Melilla en esta crisis sanitaria, o aún está lejos de recuperar las cifras precovid?
– En principio, no creo que suponga una gran diferencia en cuanto a los viajes nacionales. Sí es verdad que las cifras avalan que hay ciertas restricciones y que la gente está tomando algunas precauciones, pero el transporte aéreo, tanto en la parte del interior del avión como en el propio aeropuerto, está tomando medidas suficientemente importantes como para que la gente tenga la seguridad de que es un entorno seguro, sanitariamente hablando, y que puede viajar sin problema y sin miedo a que se pueda contagiar en un aeropuerto o en un avión.


– ¿Cree que el aeropuerto podrá alcanzar a corto plazo el número de pasajeros que tenía antes de la pandemia?
– Los datos que aporta Eurocontrol, que es un organismo que depende de la Comisión Europea, está dando datos de recuperación para 2025, muy a largo plazo. No es fácil prever cuándo vamos a volver a los datos de 2019, 2018 o 2017. Tampoco es fácil vaticinarlo, por eso no me atrevo a decir cuándo ocurrirá, ni en qué condiciones ni si vamos a estar mejor… Además, en un entorno tan cambiante, es muy complicado.

– Pero en un aeropuerto extrapeninsular como el nuestro, en el que el avión es, junto con el barco, imprescindible en la movilidad, imagino que esas previsiones de recuperación no serán tan largas, ¿no?
– Está claro que el hecho de estar fuera de la península hace que gran parte de la conexión sea estrictamente necesaria. Lo vemos, por ejemplo, en los viajes por cuestiones médicas, hay mucha gente que es de fuera… Es verdad que en los resultados del tráfico de pasajeros, y así lo avalan los datos hasta agosto, se ve que la recuperación es más rápida que en otros sitios. Y a otros aeropuertos insulares les pasa lo mismo. Pero vaticinar si vamos a llegar a 2019 es muy aventurado. El tiempo lo dirá y hasta que no tengamos los números, no se puede decir.

– Poco antes de su llegada se anunció un cambio de categoría del aeropuerto de Melilla de 2C a 3C en el primer semestre de este año. ¿En qué punto se encuentra este objetivo?
– En principio, la documentación está enviada en el primer semestre. Pero hay que entender que es un cambio importante para el aeropuerto y son muchos documentos los que hay que revisar y muchos los elementos que hay que tener en cuenta. Es lógico que AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) se tome su tiempo para dar las garantías de seguridad necesarias a la hora de autorizar ese tipo de cambios. Pero los pasos están dados y llegará cuando tenga que llegar.

– En la práctica, ¿qué supondría ese cambio de categoría?
– A corto plazo, no supone un gran cambio. El hecho de pasar de una letra de clave de 2C a 3C, lo único que significa es que puedan venir aviones más grandes. Luego quedan más pasos, ya que las aerolíneas tienen que ver si les compensa operar con aviones más grandes esas rutas. Es un primer paso, pero no es una garantía de que luego vaya a haber vuelos de un tipo o de otro, eso va por otros derroteros.

– ¿Cree que será posible que tengamos algún día grandes aeronaves operando en el aeropuerto de Melilla?
– Es físicamente posible. Que luego ocurra o no, creo que es mucha especulación. Yo no soy la aerolínea y no puedo definir si eso va a ser rentable o no. Las aerolíneas viven en un mercado muy competitivo y al final ponen sus aviones donde saben que los van a llenar. No depende de nosotros, que lo único que podemos hacer es adaptar la infraestructura a la demanda que hay. A partir de ahí, las aerolíneas son las que deciden.

– Desde el Gobierno local se ha planteado a Aviación Civil la petición de ampliar la pista y la terminal, dos aspectos que ya prevé el Plan Director del Aeropuerto. ¿Se ha avanzado en esa posibilidad, o aún se está estudiando?
– Los planes directores tienen un horizonte temporal muy largo. El Plan Director que hay actualmente tiene dos desarrollos: uno, que es el previsible, en el que no se contemplan ampliaciones ni de pista ni de la propia terminal. Y el otro, que es el de máximo desarrollo, donde sí están recogidas. Pero el máximo desarrollo es para un horizonte en el que el aeropuerto creciese muy por encima de sus posibilidades. No es 100 % realista, en tanto en cuanto no es una cosa que se va a hacer en un corto plazo de tiempo. Una ampliación de pista es un tema muy complicado porque un aeropuerto no se puede entender solo como una zona asfaltada donde aterriza un avión. Si amplías una pista, supone que todas las superficies que se definen por normativa para proteger esas maniobras entran en el siguiente espacio y tienes que bajar toda la altura de alrededor de los edificios, antenas, etc. Eso entra también en la zona marroquí, que debería autorizar ese tipo de vuelos, etc. Es un tema muy complicado, no es algo que se pueda hacer a corto plazo.
Y el caso de la ampliación de la terminal es algo similar. Nosotros trabajamos con unos horizontes temporales para ver cuándo se llenan las terminales y, en función de eso, vamos programando nuestras inversiones. En este caso, a corto plazo, no hay contemplada una ampliación de la terminal. Eso sí, haremos pequeñas actuaciones para ir acomodando un poco más de espacio al personal, en la medida de lo posible. Pero no tenemos un horizonte temporal todavía.

– Entonces, además de lo técnico, en este caso también influyen cuestiones que tienen que ver con la política y las relaciones exteriores, ¿no?
– Exactamente. En el caso de la ampliación de la pista, es un tema muy complicado y tiene que haber una negociación con el Reino de Marruecos. No es una cosa que, a corto plazo, podamos solucionar, y ni siquiera que eso se pueda hacer desde el aeropuerto.

– ¿Cómo están funcionando las OSP? ¿Cree que sería posible extenderlo a las líneas de Madrid y Málaga?
– Eso deben responderlo las aerolíneas. El aeropuerto de Melilla se encarga de poner la infraestructura para que puedan operar estos vuelos y está preparado para que puedan funcionar.

– Melilla busca desde hace tiempo tener un desarrollo turístico, pero no lo consigue. ¿Cree que el precio de viajar a Melilla es el principal obstáculo, o hay otros que se nos escapan?
– Desde AENA estamos abiertos a cualquier desarrollo y mejora turística que se proponga para la sociedad, y estamos a disposición de la ciudad, de la sociedad melillense y de las entidades que pretendan mejorar ese turismo. En esa posición hemos estado siempre, para lo que ellos necesiten.

“La meteorología adversa no es algo que podamos esquivar, por mucha tecnología que se ponga”

– El pasado mes de agosto, justo en plena temporada alta, el aeropuerto de Melilla quedó prácticamente inoperativo por una semana de nubes bajas. No ocurre con frecuencia pero, ¿hay alguna manera de poder evitar que esto suceda, dada la importancia que tiene el transporte aéreo en un territorio extrapeninsular como el nuestro?
– Las cifras de cancelaciones que tenemos, 40 de 4.800 vuelos en un año (un 1,2 %), son bastante razonables para cualquier aeropuerto. En Barajas, hay días que cierran por tormenta. No es algo que podamos esquivar, por mucha tecnología que pongas. Yo tenía un profesor en la universidad que decía que los aviones tienen la mala costumbre de volar por el aire. Sé que es un drama cuando se cancela un vuelo por el contratiempo que supone a los pasajeros. Es algo que lamento, no es algo que agrade a nadie. Pero el mal tiempo afecta a todo el mundo.

– Aunque debería ser una cuestión de las aerolíneas, ¿se han planteado mejorar los canales de comunicación a los pasajeros para evitar aglomeraciones y situaciones de espera en la terminal cuando haya nuevos episodios de meteorología adversa?
– Es complicado, porque, cuando eso ocurre, los aviones despegan en la ciudad de origen para intentar aterrizar en Melilla y no es hasta que llegan aquí cuando valoran si pueden conseguirlo o no y realizar, después, el siguiente vuelo. No es algo que se pueda saber con antelación en días de meteorología adversa.

“El aeropuerto de Melilla, profesionalmente, es un gran reto y es muy importante llegar a un puesto como este”

– ¿Qué ha supuesto para usted el cambio de dirigir un aeropuerto poco utilizado como es el de Albacete, a empezar a asumir esa función en un aeropuerto extrapeninsular como el de Melilla?
– Para mí, personalmente, es un cambio muy grande porque nunca había vivido fuera de la península. Gracias a Dios, tengo una familia que me apoya y viene conmigo. Debo agradecer a la empresa que me haya dado la oportunidad de venir a un aeropuerto como el de Melilla. Casi todos los aeropuertos de la red están integrados en el territorio donde están y son una parte importante, pero son mucho más importantes en un sitio como Melilla, donde son el cordón umbilical con la península. El aeropuerto de Melilla, profesionalmente, es un gran reto y es muy importante llegar a un puesto como este. Además, debo destacar que, personalmente, nos han acogido muy bien en la ciudad. Además, una de las cosas que más me ha sorprendido de Melilla es el patrimonio cultural que tiene. No es la fama más grande que tiene Melilla en la península y, sin embargo, tiene un centro con un patrimonio cultural muy bonito, como son la zona amurallada y la modernista. Es una ciudad muy interesante para visitar y muy desconocida. En ese sentido, estoy encantado de haber venido a Melilla.

– ¿Qué objetivos se marca a corto, medio y largo plazo?
– En los tres casos es el mismo objetivo: seguir trabajando por el aeropuerto y por la calidad del servicio que prestamos tanto a los ciudadanos como a la propia ciudad, en colaboración con todas las instituciones.

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Redacción

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