Juan Moya Toré ha sido uno de los principales ‘culpables’ de que el homenaje a Juan Antonio Iglesias Belmonte haya sido todo un éxito. Precisamente, el técnico melillense fue quien consiguió ascender al C.D. Gimnasio Iglesias a Liga Nacional de Juveniles en junio de 1993 y también lo dirigió a la siguiente temporada en categoría nacional. Juan Moya resaltó que el homenaje al que fuera presidente del Gimnasio Iglesias es totalmente merecido, “ya que fue una persona que hizo mucho por el deporte local y además gracias a él llegué a ser entrenador de la U.D. Melilla”.
El entrenador melillense destaca que volver a coincidir, después de treinta años, con todos los chavales que hicieron posible dicho ascenso le llena de orgullo. “Creo que hemos pasado un día fantástico, le hemos hecho un homenaje a una persona que se lo merecía por todo lo que ha hecho por el fútbol y por todo que le debemos, pues particularmente yo no hubiese llegado a ser entrenador de la U.D. Melilla si no llega a ser por la posibilidad que me dio Juan Antonio de entrenar al Gimnasio Iglesias, un equipo que fue ganador en todas las categorías”.
Por otro lado, se mostró muy contento de haber disfrutado de la presencia de Juan Antonio Iglesias en el homenaje. “Es un hombre optimista y muy cariñoso. Se ha emocionado bastante, aunque él no esperaba este homenaje, pero como he comentado antes se lo merecía y creo que se le debería haber hecho mucho antes”.
También explicó cómo surgió la posibilidad de organizar este reconocimiento a Iglesias. “Un día en casa, me acordé de todo lo que había hecho Juan Antonio y fue entonces cuando me puse en contacto con sus dos hijos Javi y Dani, luego con Juanjo Garcés, Mariano y mi hijo Oscar. Y a partir de ahí comenzamos a llevar a la práctica este homenaje que creo que ha quedado muy bonito”.
En otro orden de aspectos, recuerda que su etapa como entrenador del Gimnasio Iglesias fue extraordinaria. “Los recuerdos son infinitos, desde recoger a niños en categorías muy pequeñas y alcanzar el objetivo de jugar en Liga Nacional de Juveniles. Éramos el único equipo de Melilla, junto a la U.D. Melilla, que estaba en categoría nacional. Se escribían muchas páginas de periódico y los niños se sentían muy identificados con el club y con el fútbol. Me vienen a la memoria muchos recuerdos, pero sobre todo que este club era una auténtica familia, formada por jugadores, directivos y padres de los jugadores, y eso hizo que este club fuese grande”.
Precisamente, sobre su pasó en el club melillense dijo que comenzó allá por el año 1987. “Me encontraba en el aeropuerto, cuando partía de viaje a Madrid como seleccionador del equipo cadete de la Federación Melillense de Fútbol y Juan Antonio Iglesias se me acercó y me propuso que firmara con él, ya que tenía un proyecto ambicioso en mente para el fútbol base melillense. Le dije que le contestaría a la vuelta de aquel viaje y así fue, ya que le dije que sí y comenzamos a darle forma a ese proyecto ilusionante que terminó siendo uno de los clubes más importantes seguramente de la época. Empezamos a firmar a entrenadores y jugadores. En fin luego se sumaron a aquellos chicos que del Club Juventud dejó las bases y nos hicimos cargo nosotros del equipo que empezó a crecer”.
Juan Moya también se acordó de todas las personas que no han podido desplazarse a este bien, bien porque están fuera de Melilla o por motivos profesionales, como Manuel Ángel Domínguez, Jonathan, José Antonio Povedano, Felipe, Roldán, Javi González… “Seguramente que se me olvidan algunos, pero quiero resaltar que han estado en contacto en el grupo que formamos para este homenaje”.
Por último, realizó un agradecimiento especial a José Luis Torrecilla, actual presidente del Gimnástico Melilla, “por su colaboración desinteresada para que pudiera haberse llevado a buen puerto este homenaje”, así como a Juanjo Garcés, a Mariano, a mi hijo Óscar y a Javi Iglesias, “ya que han sido los verdaderos protagonistas de esta bonita historia”.
