El Club Voleibol Melilla inicia hoy su última semana de pretemporada, con la mente puesta ya en el inicio de Liga, previsto para el próximo sábado en tierras gallegas, donde rendirá visita al Náutico Boiro de La Coruña.
Sin embargo, los problemas se le siguen acumulando al conjunto que dirige Salim Abdelkader, pues si días atrás se conocía que Roberto Moronta -un jugador muy decisivo en su juego- no podrá jugar las dos primeras jornadas, tampoco lo hará el capitán del equipo, Joaquín Lizana Navarro, quien se perderá las citas ante el FC Barcelona y el Voleibol Leganés. Estos dos encuentros corresponden a las jornadas cuarta y sexta. Ambos jugadores no serán de la partida por motivos laborales.
Salim Abdelkader expresó su preocupación ante esta situación, ya que la ausencia de Lizana «es prácticamente insustituible en la cancha de juego, además de lo que aporta en cuanto a veteranía, energía, ejemplo y además es el encargado de tirar del carro cuando las cosas se complican».
Para más inri, el receptor argentino Leo Porolli es duda por unas molestias abdominales y el club no ha tenido más que remedio que buscar algún receptor pueda suplir esta ausencia. «El puesto de receptor es uno de los más importantes dentro de la cancha, pues en él recaen tanto la recepción del saque como la culminación de los principales ataques. Esta demarcación requiere de unas cualidades portentosas y en caso de no realizar este fichaje sería un punto débil del equipo, que está deseando comenzar la temporada y realizar un papel a la altura de las expectativas», subrayó el entrenador melillense.
Sin embargo, aseguró que estas ausencias no significan que el club esté desesperado en la búsqueda de nuevos refuerzos o que vaya a fichar sí o sí de aquí al próximo sábado. «Simplemente lo haremos por si existe alguna oportunidad interesante, aunque no se descartaría la incorporación».
Salim Abdelkader señaló a esta respecto que son muchos los ofrecimientos que está recibiendo para incorporar efectivos a su plantel, entre ellos varios jugadores de renombre internacional. «Sin embargo, las condiciones económicas obligan a realizar un fichaje a un jugador que resida en una ciudad con muy buenas conexiones aéreas para abaratar el coste y preferiblemente de Madrid, puesto que la mayoría de los desplazamientos son haciendo escala en la capital española».
Cabe destacar, que la ausencia de los jugadores de la plantilla a las convocatorias no puede tener reproche alguno, «puesto que ninguno es profesional y no puede vivir del compromiso con el club, ya que dependen de sus oficios y es de agradecer el enorme esfuerzo que realizan con su asistencia a los entrenamientos hasta cuatro veces por semana, en horario de 22’30 a 00’00 horas, sin olvidar que cada fin de semana se desplazan cientos de kilómetros para disputar sus encuentros o sacrifican su tiempo para deleitar a la afición melillense que acude a ver los partidos en el Pabellón Javier Imbroda», concluyó el entrenador del Club Voleibol Melilla.
