Su nombre era Miguel Guerrero, pero todo el mundo le conocía como Jalisco. El melillense, que dedicó parte de su vida a capturar con su cámara la cotidianidad de los barrios y sus gentes, vivió en la barriada de Cabrerizas hasta que falleció en 1993. Su historia y su trabajo despertó la fascinación de la asociación Laboratorio Oxígeno Cultural que, a través de los testimonios de las personas que coincidieron con él y de su archivo fotográfico, se ha propuesto dar a conocer quién era Jalisco y mostrar algunas de sus obras con un documental y una exposición fotográfica. La asociación Laboratorio Oxígeno Cultural se ha propuesto recuperar el archivo de Jalisco, el fotógrafo melillense que dedicó parte de su obra a retratar cómo era la vida en los barrios de la periferia de la ciudad en los años 60 y 70.
Nació en 1921 y vivió en la zona de Cabrerizas, hasta que falleció en 1993. Su nombre era Miguel Guerrero, pero su parecido con un actor mexicano le hizo ganarse el sobrenombre de Jalisco, como le conocían en las barriadas más populares de Melilla.
Según explica el fundador de Laboratorio Oxígeno Cultural, Francesco Bondanini, la historia de Jalisco “nos gustó mucho y nos pareció muy interesante porque, como nosotros, se dedicaba a los barrios de la ciudad”.
La entidad, que quedó fascinada con la labor del fotógrafo, inició hace meses la grabación de un documental en el que, a través de los testimonios de los familiares y los conocidos fotografiados, se da a conocer quién fue el melillense que supo capturar la cotidianidad de los barrios a través de su objetivo.
Como suele suceder, este proyecto surgió casi por casualidad. “Soy amigo de la nieta. Un día me empezó a contar que su abuelo, que había vivido en la zona de Cabrerizas, se dedicó a fotografiar a la comunidad gitana y a retratar la multiculturalidad de la ciudad”, relata Bondanini. “A raíz de ahí empezamos a investigar y nos dimos cuenta de que había mucho material para hacer un documental”, añade.
Una persona cercana
Una de las cosas que más inspiró Bondanini para emprender la grabación del documental es “la cercanía” que desprenden las imágenes de Jalisco. “Se nota que era amigo de la gente. En las fotografías se ve que hay confianza, que hay mucha complicidad. No solo retrata los barrios, sino que se acerca a todas las comunidades de Melilla”, manifiesta el fundador de Laboratorio Oxígeno Cultural. De hecho, Bondanini adelanta que muchos de los retratados por Jalisco han compartido anécdotas entrañables sobre el fotógrafo y sus procedimientos para capturar momentos.
La exposición de Jalisco
Las numerosas actividades paralelas que organiza la asociación sociocultural hacen que la grabación y realización del documental se lleve a cabo de una forma flexible en el tiempo. “Ya estamos terminando con las entrevistas. Nos quedaría lo que es el montaje del material”, explica Bondanini. Según sus previsiones, el trabajo audiovisual debería estar terminado antes de finalizar este 2016. Por su parte, Laboratorio Oxígeno Cultural también está recopilando las imágenes de Jalisco para rendirle un tributo organizando una exposición con su archivo fotográfico.
