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El Torreón del Vigía

Ir en guayabera

melillahoy.cibeles.net fotos 1058 Angel Gil

Con estas temperaturas de Diciembre no piense querido lector que voy a recomendarle el uso de esta prenda, pero en Agosto completamente seguro que tampoco. Estuvieron de moda por estas tierras en aquellos veranos de los setenta cuando aun habia terrazas en la Avenida y en la del Casino Militar era una verdadera hazaña encontrar sitio. Pero esta semana se han visto guayaberas allá por Veracruz en la XXIV Cumbre Iberoamericana de naciones.

Si todas estas reuniones dejan anecdotas e imagenes, la de Mexico traerá la foto del estreno en ella de S.M. el Rey, D. Felipe VI, pero tambien de su ingreso en el Club de la Guayabera, ese exclusivo de mandatarios que han lucido la prenda en sus Visitas de Estado a paises del Caribe. Aqui no hablaremos que el monarca se ha saltado el Protocolo o peor aún que ni sepa como vestirse o que carezca de asesores en el gabinete correspondiente, en México esa fresca camisa de lino o de algodón se considera prenda de etiqueta y ceremonia. Su padre ya la lució en otra Cumbre allá por 2002 y el entonces presidente del Gobierno, Jose María Aznar, no le sedujo la cadencia de esa tela. Cuyas raices se pierden en los campos de la Cuba central a mediados del siglo XIX, cuando un campesino pidió a su mujer que le confeccionase una prenda cómoda para trabajar allá por el rio yayabo, de ahí su primitivo nombre, pero como los labriegos acopiaban en sus grandes bolsillos, guayabas, se le cambio definitivamente por guayabera, una camisa de faldones, de cuatro bolsillos al frente, dos hileras de alforzas en el pecho y tres en la espalda, rematadas por pequeños botones que se usa por fuera del pantalón. El pasado mes de Octubre, el principe Carlos de Inglaterra durante la visita oficial a Colombia, recogió la suya del mas célebre sastre, Edgar Gómez, pero no quiso ponersela, agradeciendo el obsequio valorado en doscientos veinte dólares y siguió su viaje con traje inglés. En cambio en aquella américa tan nuestra hay quienes denominan a la guayabera como hispánico esmoquin tropical. Y entonces todo nos suena a son, al ruido acompasado de las mecedoras de rejilla, a esos cantes de ida y vuelta, mientras las goletas salen de puerto, y entra en el Palacio de Santacruz el encargado de negocios de Venezuela para que nuestro Gobierno le pida explicaciones por las acusaciones falsas e intolerables de Maduro contra Aznar. La guayabera Real ha vuelto a abrir estos dias el debate sobre su uso o no, después de que tambien la lucieran el presidente Rajoy y el ministro García Margallo. Las normas de Protocolo nos aclaran que siempre es correcto si forman parte de la indumentaria de máximo rango alli donde se celebra el acto, como asi ha sido en Veracruz. Esto con el permiso del maestro Antonio Burgos y de otros que promovieron la Real Orden Gaditana de la Guayabera, y que aun continuan reivindicando como la prenda por excelencia de esa provincia sureña, en la que se puede portar cigarros habanos (para usarlos con moderación y al aire libre), peine de carey y a la que no se la puede abrochar mas allá del cuarto botón y que en actos institucionales será siempre de manga larga, pero que sus instigadores han establecido un severo número clausus ya que no desean que Cádiz se llene de gente vistiendo guayaberas. La moda venidera la pondra en su sitio pero… donde este un polo.

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