Según la Asociación Unificada de Guardias Civiles, la AUGC, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha accedido a la petición del Cuerpo para dar una mayor protección a la valla de Melilla mediante la instalación de peines invertidos a lo largo de todo el perímetro y la mejora del material antidisturbios.
De acuerdo con la información proporcionada por esta asociación, no fue hasta que el ministro se reunió de urgencia el pasado sábado con los mandos operativos de Melilla cuando tomó consciencia real de la situación. “Ha sido necesario que se produjera el salto más numeroso de la historia para que se accediera a ayudar a los agentes y les proporcionase una mayor protección”, señalaba ayer la AUGC al recordar que han sido más de 30 los agentes heridos en estos saltos masivos a la valla.
Esta entidad asegura que hay tres kilómetros y medio desprovistos de esta estructura metálica, siendo justamente la zona comprendida entre Barrio Chino y Beni-Enzar. Este es el punto a través del que unas 350 personas en situación irregular accedieron a España en el segundo salto de la semana pasada. “El anuncio del refuerzo técnico que reclamábamos servirá a los efectivos para lograr una mayor contención. También es un vallado menos lesivo”, celebra la AUGC, pues “los guardias civiles y el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado allí desplegadas necesitaban de la instalación de peines invertidos en todo el perímetro”.
No es la única reacción de Interior a lo sucedido en la valla en los últimos días. Según la AUGC, el ministro también ha accedido a modernizar el material antidisturbios de las unidades de la Guardia Civil destinadas a Melilla porque los agentes no tenían garantizado un nivel de protección personal idóneo con la serie de deficiencias y antigüedad que presentan sus chalecos, escudos, coderas, espinilleras, máscaras o cascos.
“La renovación de ciertos recursos es un triunfo que, lamentablemente, llega después de que la agresividad y ataques de los migrantes se convirtieran en un hecho tan mediático”, reflexionaba la AUGC. No le falta razón al apuntar que el Ministerio debe proteger la integridad física de los efectivos de todos los cuerpos de seguridad y no proceder a ello cuando se dan saltos históricos con una elevada violencia.
No en vano, AUGC apunta que “el riesgo y la exposición siempre existe. Por eso, seguiremos pidiendo que la seguridad de los guardias civiles se incremente con la adquisición de vehículos con plataformas elevadoras para poder acceder a la parte alta de la valla. También que se les faciliten cámaras detectoras de movimiento para reforzar la seguridad de la zona anticipándose a las intrusiones”.
Nunca es tarde si la dicha es buena. La pregunta es por qué se ha tardado tanto en reaccionar cuando Melilla siempre sufre presión migratoria, en unas épocas más que en otras. Dejar el perímetro fronterizo sin blindar por completo e ignorar las peticiones de quienes más lo conocen, que son los agentes que lo custodian durante 24 horas los 365 días del año, no es de recibo.
