Interceptan un yate con 300 kilos de hachís en una arriesgada persecución en alta mar

La Guardia Civil, en una operación conjunta con la Guarda di Financia italiana, ha interceptado esta semana una embarcación deportiva que pretendía llevar 300 kilos de hachís hasta las costas peninsulares. Sus dos ocupantes, que al parecer salieron de Melilla, no se lo pusieron fácil a los agentes, que tuvieron que arriesgar primero para abordar el yate, y después para llevar a cabo las detenciones. Los hechos ocurrieron el miércoles al mediodía, en torno a las 14.00 horas, cuando una aeronave de la Guardia di Finanza italiana se percató de que una embarcación deportiva que estaba navegando en aguas internacionales cerca de Melilla iba en dirección a las costas españolas con varios bultos en su cubierta. Ante la sospecha de que pudiera tratarse de fardos de droga, dada su envoltura similar a la que se suele utilizar para el transporte de hachís, los agentes italianos lanzaron un aviso que llegó al buque oceánico de la Guardia Civil ‘Río Miño’, que suele estar patrullando en la zona del Mar de Alborán para realizar actuaciones contra el tráfico de drogas y la inmigración clandestina.

El instituto armado arrió en ese momento dos embarcaciones semirrígidas para corroborar la información de sus colegas italianos, que estaban grabando desde el aire todo lo que estaba sucediendo. Gracias a esas imágenes, que han sido difundidas por la Guardia Civil, se puede observar cómo los ocupantes emprendieron la huida en cuanto se vieron sorprendidos por los agentes. Iban bien preparados para ello, ya que pusieron en marcha un motor auxiliar de gran cilindrada para alcanzar una mayor velocidad, tal y como se aprecia con claridad en el vídeo.

Pese a todo, la Guardia Civil pudo seguirles y darles el alto con reiteradas señas, algo a lo que el patrón hizo caso omiso mientras su ayudante, el mismo que instaló el motor, tiró por la borda varios de los fardos. Durante la huida, además, el yate hizo varias maniobras evasivas muy peligrosas para la integridad de los agentes, entre ellas constantes cruces de proa, por lo que la Guardia Civil decidió hacer un abordaje para poner fin a varios minutos de persecución a toda velocidad.

El abordaje
En las imágenes difundidas se observa que el abordaje tampoco fue labor sencilla para los agentes, que cuando pudieron saltar al yate fueron recibidos con puñetazos y empujones por parte de los dos ocupantes, que fueron inmediatamente detenidos. Así acabó la espectacular persecución en alta mar, tras la cual la Guardia Civil pudo recuperar 13 fardos de hachís que habían sido arrojados por la borda en la huida.

Esta operación conjunta ha permitido intervenir 300 kilos de droga que iban en la embarcación, de bandera española y domiciliada en Melilla, aunque tenía las placas identificativos borradas de manera intencionada para evitar su identificación. Posteriormente, tanto los detenidos como la embarcación deportiva y la droga aprehendida fueron trasladados a la ciudad autónoma.

Pese al riesgo de esta actuación, no es la más importante de las que ha llevado a cabo el ‘Río Miño’ este año. Hace justo tres meses, a mediados de junio, este buque oceánico de la Guardia Civil dio un buen golpe al narcotráfico con la intervención de casi dos toneladas de hachís en alta mar que estaban siendo transportados hacia las costas andaluzas.

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