La Ciudad Autónoma de Melilla intensificará conjuntamente con la Delegación del Gobierno las medidas de seguridad que ya se estaban aplicando para erradicar los apedreamientos contra los autobuses urbanos, después de que otro sufriera un nuevo ataque anteayer, con una treintena de pasajeros a bordo. Tal y como ya avanzó ayer MELILLA HOY, los hechos ocurrieron a primera hora de la tarde del jueves en uno de los vehículos de la línea 6 en dirección a Mariguari, provocando la rotura de un cristal cerca de la zona del conductor.
A preguntas de los periodistas, el consejero de Seguridad Ciudadana, Francisco Javier Calderón, explicó ayer que las medidas de seguridad para frenar estos actos vandálicos se tomaron hace ya “muchísimo tiempo” entre las dos administraciones, aunque reconoció que los efectivos disponibles para llevarlas a cabo no son suficientes.
En cualquier caso, destacó que habían dado su fruto porque desde hacía varios meses no se había dado ningún caso de apedreamiento contra los autobuses urbanos, habituales en los barrios periféricos sobre todo, hasta que el jueves se dio “un hecho punible fuera de la norma”.
El consejero advirtió de que “el peso de la Ley caerá de una manera determinante” sobre los responsables cuando puedan ser detenidos, ya que “no es de recibo dañar por dañar”, especialmente un vehículo de transporte público en marcha, cuyo conductor puede perder el control y tener consecuencias graves tanto si lleva pasajeros como si no.
Calderón reconoció que los responsables de las dos administraciones no estarán satisfechos hasta que no se erradiquen totalmente estos hechos, aunque confió en que lo ocurrido ayer sea un hecho puntual y se pueda reconducir esta situación.
