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Inmigración, ¿bendición o problema?

MELILLA HOY 22 01 2024

La Semana. MH, 22/01/2024

Por: J.B.

 

Más allá de la polémica que suscita a nivel político, la migración tiene sentido en términos económicos. Un estudio del del FMI (Fondo Monetario Internacional), un poco antiguo (finales del año 2016) pero cuyos datos son extrapolables a la actualidad, muestra que, a largo plazo, tanto los trabajadores calificados como los trabajadores poco calificados que emigran, aportan beneficios a los países que los acogen, incrementando el ingreso por persona y mejorando los niveles de vida.

La migración tiene sentido en términos económicos

La inmigración calificada contribuye con talento y conocimientos, en tanto que los inmigrantes menos calificados desempeñan ocupaciones esenciales en las que escasea la mano de obra nativa, lo que le permite a la población del país ocupar puestos que requieren más aptitudes y que tienen, normalmente, mejores remuneraciones. Además, estos beneficios se distribuyen ampliamente entre toda la población. Por lo tanto, parece una buena idea soportar los costes (y otros problemas que luego explicaré) a corto plazo de integrar a estos nuevos trabajadores.

Las opiniones en torno a la inmigración han adquirido tintes más negativos en los últimos años, debido a las cada vez más frecuentes llegadas masivas de refugiados; pero es un hecho que las economías avanzadas ya tienen (tenían a finales del año 2016 y tienen, incrementada, ahora en el año 2024) una población amplia y creciente de inmigrantes (véase el gráfico).

La mitad del crecimiento generado por la población en edad activa de las economías avanzadas tuvo lugar gracias a la inmigración

Constituyen (los inmigrantes) entre 15 y 20% de la población en edad activa en muchas economías avanzadas, y alrededor de 30% en algunos países anglosajones como Australia y Nueva Zelandia. Entre 1990 y 2015, la mitad del crecimiento generado por la población en edad activa de las economías avanzadas tuvo lugar gracias a la inmigración, que jugará un papel esencial en la mayoría de las economías avanzadas. Sin los inmigrantes, los países avanzados tendrían, en la próxima década, una reducción paulatina de la población en edad activa (la que puede trabajar).

La población extranjera residente en España a enero de 2022 ascendía a 5,5 millones de personas (la población de España era, en la misma fecha, de cerca de 48 millones de personas). De ellas, más de 880.000 eran de origen marroquí, siendo el colectivo inmigrante más numeroso en nuestro país. El porcentaje de inmigrantes en España era, en la fecha citada, de un 11,45 %, mientras que es de inmigrantes de origen marroquí era del 1,8%.

Aunque la migración de trabajadores poco calificados ha sido la más numerosa (y se ha mantenido más o menos constante como porcentaje de la población adulta a lo largo del tiempo), la mano de obra calificada emigra cada vez más. Los países anglosajones suelen tener una proporción mayor de migrantes calificados que los países de Europa continental y los países nórdicos.

La inmigración incrementa el PIB por persona y la productividad: Un aumento de 1 punto porcentual del porcentaje de inmigrantes en la población adulta hace subir el PIB por persona de las economías avanzadas hasta 2% a lo largo del tiempo. Esta mejora es atribuible principalmente al aumento de la productividad de la mano de obra.

La clave para conseguir los beneficios antes expresados es abordar los retos que plantea la migración a corto plazo y, en particular, el de garantizar que los inmigrantes se integren al mercado laboral.

Otra importante ventaja de la venida de inmigrantes es el rejuvenecimiento de la población (especialmente importante en España donde hay muchos “mayores”), algo que es vital para el sostenimiento de las pensiones.

 Hay que filtrar quién viene y por qué (los que vengan a trabajar son bienvenidos, pero no lo son- o no lo deberían ser- los que vengan a delinquir o a vivir de subvenciones)

Hasta aquí lo bueno… pero también hay cosa malas (no porque lo ponga sobre la mesa Ayuso, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, y el caso se haya convertido en una polémica (pese a su nulo recorrido) ampliada por parte del impresionante/inmisericorde/sin escrúpulos aparato propagandístico de Pinocho Sánchez, con el fin de intentar menoscabar a su mayor rival) que se deben tener en cuenta: 1) Hay que filtrar quién viene y por qué (los que vengan a trabajar son bienvenidos, pero no lo son-o no lo deberían ser- los que vengan a delinquir o a vivir de subvenciones); 2) Debemos hacer que se sientan como en su casa, pero ellos deben hacer un esfuerzo mayor (no al revés) para adaptarse a las normas y costumbres de su país de acogida/destino; 3) Debe crearse un marco laboral propicio para el trabajo y el desarrollo económico y de las empresas (las que crean trabajo); debe flexibilizarse el marco para que las empresas cuenten con los que quieran trabajar (pagando más si es necesario), pero no tengan que quedarse con los que no trabajan, no quieren hacerlo o quieren trabajar poco y cobrar mucho.

Se debe recordar, a los desmemoriados, que España fue durante décadas un país de emigrantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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