Una de mis preferidas canciones de la adolescencia se titula “the man who sold the world” ( el hombre que vendió el mundo) . En Melilla me acorde del título de este emblemático título de Nirvana cuando vi a decenas de políticos afines al gobierno de la ciudad, encabezados por el presidente de la ciudad, en la playa , inaugurándola.
No es invención mía, les juro que es cierto. Pueden buscar las imágenes en la prensa local y en los numerosos medios de comunicación de la ciudad . No es una inocentada , no es una película de Berlanga. Es realidad . Todos ellos en impecable traje se personaron en la playa, rodeados de trabajadores de la ciudad, bajo un sol abrasador de 30 grados un 20 de junio, para inaugurar la temporada de playa . En Melilla tenemos al hombre que inauguró el mar.
La verdad que ya uno se acostumbra al afán inaugurador del imbrodismo que igual te quita una placa de una jefatura de la policía para poner otra con su nombre , que te pide otra en el hospital nuevo que se inaugurará por otro gobierno. Pero lo acontecido la semana pasada con la inauguración de la playa , que les prometo que ya estaba allí antes de la legislatura presente, ya roza lo inverosímil.
Lo cierto es que el tema, que tiene una parte muy cómica heredera de lo mejor del surrealismo español, tiene su profundidad. Este opinador más de una vez en las pasadas semanas y meses ha tenido que volverse de la playa por la suciedad y mal cuidado de la misma. Poner en servicio una playa en una ciudad de clima mediterráneo con largas horas de sol durante toda la primavera a finales de junio es un dislate.
Si encima el gobierno local nos vende machaconamente que esta nuestra ciudad, donde no hay agua veinticuatro horas al día y a la que solo vuela una aerolínea monopolística muy querida por el poder local, va a ser turística, ya el dislate se convierte en insulto al melillense.
Tienen la manía de controlarlo , regularlo y manipularlo todo. Tienen una playa, una de las mejores de la ciudad , que cierran a las 7 de la tarde y abren a las 11 de la mañana. Una playa que es pública porque en España no hay playas privadas . Les prometo que hay un vigilante que abre y cierra la playa. Les ponen puertas al mar porque al campo no pueden.
En todas las ciudades costeras y con algún afán turístico las playas están en perfecto estado de uso una semana antes de semana santa. En marzo. Sin necesidad de que nadie inaugure el mar. Simplemente se limpia y se ponen todos los servicios en marcha en marzo, lo normal, no sale en periódico ni medio de comunicación alguno.
Yo les aconsejaría a los líderes de la ciudad que el año que viene pongan en servicio la playa en marzo . Lo pasarán mucho mejor ellos con sus abrigados trajes a pie de arena . El ridículo será el mismo , pero al menos Melilla podrá disfrutar de una playa en condiciones durante la mayor parte del año y lo mismo algún turista viene en la aerolínea amiga sin competencia, con los billetes pagados por la consejería y expedidos por la agencia de viaje concertada previo cobro de la comisión por emisión. Todo el negocio muy controlado desde el poder público.
Al menos les debo dar las gracias por recordarme, todos en actitud solemne izando una bandera azul , ignoro si con himno o no de fondo, a la canción del mítico Kurt Cobain.
