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Imbroda vuelve al poder, por sexta vez

03 foto carta editor JUAN JOSÉ IMBRODA hhç

El miércoles, 14 de junio, la Junta Electoral Central rechazó la petición de CPM de repetir las elecciones, desestimando todas las alegaciones presentadas por los cepemistas, así como su solicitud de nulidad de todos los votos por correo, por los sobres que se entregaron, antes del 18 de mayo, sin necesidad de presentar el DNI.

Este martes, 4 de julio, veinte días después, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA), ha vuelto a desestimar todas las peticiones de los cepemistas, como se esperaba. Lo que los -o él- líder de CpM ha conseguido es, únicamente, retrasar veinte días la toma de posesión de Juanjo Imbroda como presidente del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, veinte días más de paralización política de una ciudad ya gravemente cercana a la parálisis absoluta.

Juanjo Imbroda será elegido presidente, por la nueva Asamblea, mañana viernes, dará a conocer su Gobierno (los nombrados ya lo conocen) el martes, 11 de julio, y él mismo será investido -por sexta vez- Presidente de la CAM, en una solemne ceremonia en la Asamblea de la ciudad el sábado, 15 de julio.

El jueves, 15 de febrero, escribí en mi Carta: “Nos sigue faltando en Melilla una estructura mental sólida de los ciudadanos que nos libere de nuestras pesadas cadenas burocráticas”. Una burocracia parada -como la de estos veinte días de paralización casi total de la burocracia municipal/autonómica- no es una burocracia inexistente. Los problemas siguen existiendo e incluso se han agravado en estos veinte días de forzada parálisis. Lo de la COA y lo de las facturas impagadas, por citar solo dos de los múltiples problemas irresolutos, sigue ahí, con veinte días de sufrimiento añadido.

El nuevo Gobierno, el Gobierno Imbroda, tiene ante sí un panorama apocalíptico, que solo se puede solucionar mediante un cambio profundo y urgente, que pase por el establecimiento de un nuevo marco regulatorio y económico que permita atraer inversiones tecnológicas de forma segura y atractiva, eliminando barreras burocráticas y legales, fomentando la colaboración con las empresas, de la Península -entrada en la Unión Aduanera Europea- en primer lugar.

Hace ya demasiados años la Sociedad para el Desarrollo de Melilla (SODEMEL) presentó un Plan Estratégico para Melilla que tuvo una gran aceptación popular y, desgraciadamente, una casi nula respuesta política. El Plan incluía 23 Propuestas concretas y 13 Prioridades, la última de ellas -quizás la más importante- destacaba la importancia de que SODEMEL “tuviera peso en la estructura gubernativa local, porque, de no desarrollarse económicamente, la política local corre el riesgo de orientarse hacia modelos extremistas e ineficaces en los que se confunda religión y política, poniendo en peligro la españolidad de Melilla e incluso la supervivencia de la ciudad”.

 

Va ganando Feijóo, Sánchez cada vez más desatinado

 

“No hay ninguna posibilidad, salvo equivocación de toda la demoscopia, de que Sánchez gobierne sin ERC y Bildu”, declaración de Feijóo, el lunes en El Mundo. Utilizando esa creíble aseveración, Feijóo ya aventaja a Sánchez en casi 50 escaños, asegura GAD3, esa empresa de encuestas que “nunca se equivoca”, según muchos. Todo apunta a que el nuevo Gobierno de España estará presidido por el PP y quizás formado en exclusiva por ministros del mismo partido. Para Melilla, con un Gobierno local del PP, lo lógico sería que la relación con el Gobierno Central sea positiva para Melilla, pero eso, que es muy necesario, dependerá de que nuestros representantes en Madrid -presumiblemente Sofía Acedo, en el Congreso, Fernando Otazu e Isabel Moreno, en el Senado- tengan la valentía de defender los intereses de Melilla por encima de los intereses de su partido y de sus jefes. Van a decir que así lo harán, pero -como la historia nos enseña- es conveniente esperar, y ya veremos

¿Por qué tanto dudar? Quizás porque nada hay más confortable para el hombre, ni más peligroso, que las certezas, como escribió Fernando Savater, en su libro “La aventura de pensar “. Volviendo a ver la película Rocky, con el fondo de Filadelfia y la Declaración de la Independencia, en 1776, con Thomas Jefferson como autor, leo algo sobre lo que, sin embargo, no dudo: “Los derechos inalienables de todos los hombres: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

 

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Redacción

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