El presidente del Gobierno local, Juan José Imbroda, pidió ayer a la Junta de Andalucía que cese al máximo responsable del Puerto de Motril, Francisco Álvarez de la Chica, “por deslealtad institucional” hacia la Ciudad Autónoma de Melilla. De esta manera, Imbroda rechazó las declaraciones que hizo el pasado miércoles Álvarez de la Chica, cuando insinuó que el Gobierno melillense había ejercido presiones ante el Ejecutivo central para conseguir que fuera rechazado el recurso interpuesto por una plataforma empresarial e institucional de Motril contra el contrato marítimo que garantiza la conexión de Melilla con Málaga y Almería. Imbroda, a preguntas de los periodistas, fue muy claro ayer al considerar que el presidente del puerto motrileño “ha perdido totalmente los papeles” después de lo que dijo hace dos días, cuando aseguró incluso que miembros del Ejecutivo local sabían a qué empresa se le iba a adjudicar el contrato marítimo, antes de que se hiciera la valoración de las ofertas de las tres compañías que se han presentado, Trasmediterránea, Naviera Armas y Baléaria.
El Ejecutivo melillense está analizando su las declaraciones de Álvarez de la Chica son “constitutivas de delito”. “No se puede defender una posición achacando irregularidades, e incluso hablando de cuestiones cuasi delictivas”, dejó claro Imbroda. A su juicio, el presidente del Puerto de Motril no debería arremeter contra el Gobierno de Melilla, que “lo único que hace es defender los intereses de los melillenses”. Además, desmintió esas acusaciones: “Para nada hemos cometido ninguna irregularidad ni hemos influido en ningún tribunal porque no tenemos capacidad ni lo haríamos”.
El presidente melillense se mostró visiblemente enfadado por la reacción de Álvarez de la Chica tras el rechazo del recurso. “Si este hombre se ha equivocado es su problema”, zanjó Imbroda antes de subrayar que lo que a él le interesa como responsable del Gobierno local es que hoy se abrirán al fin las plicas del concurso para adjudicar el contrato marítimo, que garantiza las conexiones “históricas” entre Melilla y la península a través de Málaga y Almería, con el objetivo de que “sean mucho mejores” que ahora.
Sobre la línea de Motril, insistió en que él no quiere que desaparezca, y de hecho dijo estar “encantado” de que exista, porque “cuantas más puertas abiertas tenga Melilla, mejor”. “Pero tenemos la cabeza sobre los hombros y sabemos qué hay que hacer, que es defender lo que teníamos históricamente, pero posibilitando su mejora”, concluyó.
