Imbroda pide a la patrona porque “nunca prenda la llama en Melilla” del integrismo

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(Autor: Guerrero)

El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, rogó ayer a la patrona, la Virgen de la Victoria, porque en nuestra ciudad sigan siendo válidos valores como "la paz, el respeto y la solidaridad", al tiempo que rogó porque "nunca prenda la más mínima llama entre nosotros" del integrismo. La petición se producía en una ceremonia religiosa de especial calado, puesto que el vicario episcopal, Roberto Rojo invitó a todos los melillenses a formar una única familia en Dios, descendientes como son los melillenses de las tres principales religiones, del tronco común de Abraham. Los asistentes a esta misa renovaron el juramento de fidelidad a la patrona, el mismo que se instaurara en 1756 por el alcaide Antonio de Villalba. La Parroquia de la Purísima Concepción se quedó ayer pequeña a la hora de acoger a las más de 400 personas que se dieron cita para participar de la ceremonia religiosa en honor de la Virgen de la Victoria, Patrona de la ciudad, en su festividad. Los asistentes siguieron con devoción la ceremonia religiosa concelebrada por los párrocos de la ciudad y presidida por el vicario episcopal, Roberto Rojo. La ceremonia religiosa contó en esta ocasión con el acompañamiento musical de la Orquesta y el Coro de la Ciudad Autónoma, que interpretaron la bellísima partitura que confeccionara Mozart en su misa de la Coronación.

Homilía
El vicario episcopal, Roberto Rojo, recordó que como cada 8 de septiembre se celebra la natividad de la Virgen María, "madre de todos los hombres porque así se lo encomendó Jesús desde la cruz, para que ella nos condujera a Dios". Calificó la jornada de ayer de "día importante" por estar dedicado a "nuestra madre del cielo que nos arropa bajo su manto", la Virgen María a la que los melillenses reconocen como Virgen de la Victoria, "victoria de muchos momentos difíciles de la historia como los que vivimos actualmente con filosofías que intentan apagar la luz de Dios", pero frente a todo ello, animó a seguir las palabras de Santa Teresa, que afirmó que "sólo Dios basta".

Señaló que María "supo superar momentos difíciles en su vida y traer al mundo al Redentor, el salvador de almas y luz de la humanidad que defendió siempre la unidad de los pueblos". Melilla no debe alejarse de este camino y seguir apostando por ser una "ciudad interconfesional", y en este sentido, "los melillenses estamos llamados a entendernos, a dialogar, a que cada día vayamos conociéndonos unos a otros y seamos todos esa gran familia de Dios, que aunque recemos de diferente manera, seamos una familia al amor de Dios".

Discurso
El presidente de la Ciudad Autónoma también mantuvo fiel la tradición instaurada hace 259 años por el mariscal de Campo, Antonio de Villalba y Angulo, quién prometió y juró que cada 8 de septiembre el Primer melillense dirigiría sus ruegos, gracias y homenaje a la Virgen. De rodillas ante la imagen de la patrona, Juan José Imbroda pidió a la Virgen su ayuda y consejo. El mandatario local le agradeció "que en este año en Melilla no hayamos tenido sobresaltos especiales y que tengamos de nuevo el mandado del pueblo" por lo que se comprometió a seguir asumiendo responsabilidades públicas en el "servicio a los demás", algo que junto a su equipo de gobierno "haremos con abnegación, esfuerzo y trabajo".

Rogó por todos aquellos que ya no se encuentran entre nosotros, "por los que nos han legado esta Melilla y han cruzado a un mundo de paz", también por los que sufren de enfermedad o drama social. Pidió además a la patrona que el pueblo melillense "siga teniendo las alegrías suficientes para saber que la paz, la libertad, la solidaridad son los valores que llevan a la unión".

Mostró su deseo porque el terror del integrismo se mantenga al margen de Melilla y que "no prenda en la ciudad ninguna llama de ese fenómeno de ídolos falsos, de este fenómeno que produce el drama de los refugiados ante el cual Melilla, como ciudad humanitaria, ha dado respuesta". Oró porque "esta barbarie que produce miles de refugiados y miles de víctimas en el mundo acabe". En este sentido tuvo un recuerdo especial para los cristianos perseguidos y asesinados por el hecho de profesar una religión diferente a la de sus asesinos. "Quiero pedir por todos ellos y que nunca prenda la más mínima llama (del integrismo) entre nosotros. Te pido que Melilla siga por la senda del progreso, la paz, la igualdad y la solidaridad, y te agradezco que me des la oportunidad de estar a tus pies otro 8 de septiembre más".

Juramento
En 1756 el alcaide de Melilla, Antonio de Villalba y Angulo elevó una súplica al Rey Fernando VI para que se ratificara pública y solemnemente la proclamación de la Virgen de la Victoria como patrona de la ciudad, de la que venía siendo benefactora desde tiempos inmemoriales. El 3 de febrero de ese año el notario preguntó al vecindario y guarnición si juraban su fidelidad a la Virgen de la Victoria como patrona de Melilla.

La pregunta se formuló ayer de nuevo a los asistentes por parte de Mª del Carmen Martínez Lázaro, secretaria de la Real y Franciscana Congregación de Nuestra Señora de la Santísima Virgen de la Victoria: "¿Promete y jura esta plaza, sus naturales y moradores y vecinos por sí y en el nombre de sus familias la perpetua firmeza del voto de Patrona a María Santísima, nuestra Madre y Señora de la Victoria, ratificando el antiguo nombramiento y legítima posesión en que está este título según y el modo en que queda expresado? Sí, juramos. Este juramento que el pueblo de Melilla acaba de pronunciar ha hecho posible que hoy 8 de septiembre, se siga celebrando su patrona como lo ha venido haciendo a pesar de crisis políticas y sociales, guerras civiles y épocas de apatías religiosas".

Por último, los responsables de la Federación de Casas de Melilla en la Península, las casas de Melilla en Málaga, Almería, Alicante, Valencia, Barcelona, Sevilla, Granada, Valladolid, Madrid, las damas de la Virgen de la Victoria de Valencia, la Comunidad Hindú, el comandante general Fernando Gutiérrez, el delegado del Gobierno Abdelmalik el Barkani y el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, hicieron sus ofrendas florales a la Patrona. Con este acto concluyó la ceremonia religiosa, no sin antes entonarse el himno de la patrona y desear el vicario "que la bendición de la virgen nos acompañe siempre".

Valoración
Al término de la ceremonia religiosa, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, destacó tanto la solemnidad de la misa dedicada a la patrona como la elevada presencia de melillenses. "Ha sido una ceremonia preciosa y me he encontrado muy a gusto en la celebración del día de la patrona".

De la homilía del vicario dijo que en sus palabras quedó demostrado "que Melilla es una ciudad que aspira a la paz, la tolerancia, el respeto, la libertad y la igualdad, que cree en un Dios verdadero y abomina de aquellos otros que se fabrican un dios que busca el mal, la destrucción, la muerte, la falta de libertad". Reiteró que se sentía orgulloso por haber representado a los melillenses ante la patrona y "poder seguir sirviendo públicamente a los ciudadanos".

Por su parte, el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani se sumó a las palabras de felicitación del presidente Imbroda por la celebración de la festividad de la Virgen de la Victoria, celebración de la patrona melillense con la que se pone el broche a la celebración de las fiestas patronales y la feria.

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Jesús Andújar

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