El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, dijo ayer que Melilla “no puede ser un almacén de personas hacinándose”, algo que tampoco quieren ni las instituciones melillenses ni las entidades que trabajan en pro de los Derechos Humanos “ni nadie”. A preguntas de los periodistas, Imbroda salió al paso de las declaraciones que anteayer hizo el portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, que pidió que los traslados de inmigrantes desde las dos ciudades autónomas a esa región se hiciera de manera “ordenada”, después de que en los últimos cinco meses se triplicara la cifra.
“¿Pero su petición es cuando los inmigrantes salen de aquí [hacia la península] o cuando van a entrar en Melilla? Porque si lo pide cuando van a entrar a Melilla me parece bien, ese discurso lo aceptamos todos”, quiso saber Imbroda.
En cambio, avanzó que le parece “fatal” y “muy mal” si la petición del portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid se refería a los inmigrantes que salen de Melilla para ser trasladados a Madrid.
“Me parecería un disparate sea quien sea el que lo diga, porque nos obligaría en Melilla a hacer algo que no quiere nadie, ni nosotros ni los Derechos Humanos ni nadie, y es ser un almacén de personas hacinándose”, dejó claro Imbroda, convencido de que “eso no lo dice nadie que tenga dos dedos de luces”.
Por ello, se mostró “seguro” de que Victoria se estaba refiriendo a los inmigrantes que entran por la valla de Melilla, no a los que salgan desde nuestra ciudad en dirección a Madrid.
Presión
Respecto al intento de entrada que se produjo ayer y la posibilidad de que se haya incrementado la presión migratoria con motivo del mes de Ramadán, Imbroda dijo que esa presión “es una constante durante todo el año”, aunque ahora se han dado más intentos porque los inmigrantes están avisados por las mafias.
Así, sostuvo que los inmigrantes, que llegan de países lejanos y proceden diversas culturas, “no tienen ni idea” de cuándo es la ruptura del ayuno o cuál es la última comida de la jornada durante el mes sagrado del Ramadán, por lo que “esto está avisado” por las mafias y por las personas que colaboran con ellas “desde aquí dentro”.
El presidente melillense dijo entender “el hambre y la desesperación” de los inmigrantes, así como “la lucha que tienen por buscar un mundo mejor”, pero insistió en que “las fronteras están para ser salvaguardadas”.
También lamentó que ayer lograran entrar 15 inmigrantes, aunque “esto va a ser una constante” porque las mafias “están preparadas y aprovechan los momentos coordinados todos desde dentro y fuera de Melilla para que intenten saltar”.
Asimismo, destacó que la instalación de la malla antitrepa en el perímetro fronterizo es “una solución que está dando resultado” porque no resulta lesiva, pero impide que los inmigrantes tengan facilidades durante el salto.
También insistió en que la inmigración debe ser regular, legal y acordada “para que no sufra nadie” y que deben impedirse “legalmente” las entradas irregulares.
