El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, salió ayer en defensa de la Guardia Civil tras la condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a España por la devolución a Marruecos de dos inmigrantes en la valla melillense, y aseguró que este Cuerpo “actúa bien y siempre dentro de la legalidad”. “Se están partiendo la cara por defender la frontera de España y de Europa aquí”, agregó Imbroda, que expresó su reconocimiento y gratitud hacia los agentes que trabajan en la valla fronteriza de manera permanente para impedir que pueda haber entradas irregulares. Imbroda señaló que los agentes de la Guardia Civil, en su labor de custodia fronteriza, trabajan “muchas horas intempestivas y penosas, y muchas veces con heridos y agredidos”. Por ello, pidió que su apoyo a la Guardia Civil “quede claro”, y aunque cree que España va a recurrir la sentencia que la condena, señaló que “si al final lo que dice se convierte en dogma legal, pues habrá que subir la valla” para impedir que entren inmigrantes.
El presidente melillense advirtió del posible efecto llamada que podría tener la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, algo que “viene bien a las mafias”.
“Esas cositas siempre animan, pero con eso contamos”, dijo Imbroda al recordar que en Melilla ha habido guardias civiles imputados por su labor en la valla y “mucha gente machacada”, aunque la causa fue ya archivada definitivamente.
Insistió en que los agentes de la Guardia Civil “hacen una labor necesaria para España y el mundo occidental” defendiendo la frontera de España frente a la acción de las mafias y del crimen organizado, aunque “eso no interesa, eso se tapa y las ONG no quieren ni oír hablar de las mafias”.
“Se creen que los inmigrantes salen en la valla por generación espontánea”, agregó Imbroda, que recordó que existen “penalidades, violaciones, agresiones y dinero en el camino”, por lo que lamentó que ese camino no se vea, sino sólo “el de la valla”.
“Más allá de la valla”
Por ello, consideró que el problema “no está en la valla, sino mucho más allá de la valla”, en los países de origen de los inmigrantes que quieren llegar de forma irregular, por lo que cree que Europa “tiene que ir a ayudarles” como ya está haciendo España.
También pidió a las ONG que “vayan al otro lado de la valla” porque “no es lo mismo hacer críticas y pontificar en un mullido sillón occidental del Estado de Bienestar”.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó anteayer a España por la devolución en caliente a Marruecos de dos inmigrantes en la valla de Melilla sin ser identificados, lo que “supone una expulsión de carácter colectivo”, contraria al Convenio Europeo de Derechos Humanos.
El fallo unánime concluye que España también vulneró el derecho a un recurso efectivo.
El 13 de agosto de 2014 los inmigrantes fueron esposados y entregados a las autoridades marroquíes “contra su voluntad” y “sin ninguna medida administrativa o judicial previa”.
La sentencia impone una indemnización de 5.000 euros a cada uno de los demandantes, N.D. de Mali y N.T. de Costa de Marfil, por daños morales. El juez ruso Dmitry Dedov fue el único de los siete miembros de la Sala que votó en contra de la reparación económica.
