Melilla rindió ayer homenaje a la Constitución Española en su 38 aniversario. Como todos los años, el monolito erigido en honor de la Carta Magna congregó a las principales autoridades políticas y militares de nuestra ciudad, y a numerosos melillenses que, equipados con banderas rojigualdas, asistieron a la ofrenda floral y a la interpretación del himno nacional en un día donde nuestra ciudad se sumó al debate nacional sobre si es necesario o no reformar la Constitución Española. El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, se mostró claramente en contra de que se haga por “una moda política pasajera” o por efecto de los separatistas catalanes, tal y como subrayó en su discurso. Por el contrario, Coalición por Melilla (CPM) y el PSOE defendieron la idoneidad de reformar el texto constitucional frente a lo expresado por Imbroda. El presidente melillense afirmó en su intervención que la Constitución Española “no puede ni debe estar sujeta al insensato capricho de alguna moda política pasajera”, ni tampoco al “más insensato proyecto de los iluminados separatistas que desde Cataluña quieren romperla”.
Asimismo, se refirió a aquellos que quieren “acabar con la Constitución argumentando que no la votaron y, sin embargo, se aprovechan de ella para poder estar y decir”. Imbroda aludió de esta manera a quienes “persiguen intereses totalitarios” y mantienen “un planteamiento absurdo”.
Durante su discurso, Imbroda llamó a “cuidar y respetar” esta Constitución que “nos ha hecho grandes” y que “nunca puede ser ave de paso” porque “llegó para quedarse”, como así ha ocurrido en grandes potencias democráticas mundiales, donde “ni se les plantea tener que cambiarla por ser longevas”.
“Al revés, ahí está su grandeza”, afirmó Imbroda, convencido de que “atacar a la Constitución únicamente con el deseo de servir a los intereses inconfesables de unos pocos es, simplemente, un disparate”, además de “desmantelar el edificio en el que todos hemos aprendido a convivir y a ayudarnos”.
“Muy mayoritario consenso”
El presidente autonómico respondió a “las voces que invitan a modificar” la Constitución con una serie de premisas, entre ellas la necesidad de que cualquier cambio debe pasar siempre por el respeto absoluto a los valores fundamentales que la conforman”.
También consideró necesario no abrir el debate sin medir las consecuencias, un “muy mayoritario consenso” y no perder “un ápice” de la soberanía popular, así como a la importancia de que la unidad de España “salga más reforzada aún” y a la “imposible renuncia de la solidaridad”.
Imbroda justificó estas premisas por la “enorme responsabilidad” que hay con las generaciones anteriores, y también con las futuras, pues esta Carta Magna es “la que nos ha dado la mejor época de la España moderna” y “enterró las dos Españas” cuando había dudas de que se pudiera dar el salto al Estado de Derecho “sin violentar la paz”.
El mandatario local destacó el papel que tuvo el rey Juan Carlos I en el impulso de una Carta Magna, y consideró que es momento de trasladar la “lealtad” de la Asamblea a su Heredero, el rey Felipe VI, de quien dijo que es “un digno sucesor”.
El papel de Melilla
Juan José Imbroda aludió asimismo al “papel adecuado y elogiable” que está desempeñando Melilla, “contribuyendo a cimentar unas bases de convivencia y respeto” y “enseñando a Europa que el modelo social y religioso plural es posible y necesario”. “Frente a las propuestas peligrosas de los extremismos, hay otra forma de afrontar los retos, con sensatez”, agregó Imbroda para alabar la madurez de la sociedad melillense, la cual “no precisa salvadores ni charlatanes”.
Además, se mostró convencido de que la Constitución Española, hoy por hoy, “está más vigente que nunca en Melilla”, pues “nos hace libres e iguales” y “nos cobija a todos” con “nuestra pertenencia a una gran Nación”.
Tras el acto, Imbroda insistió en declaraciones a los periodistas en este mensaje, subrayando que con esta Constitución Española existe la igualdad sin discusión. Además, hizo especial hincapié en la presencia de Melilla por tres veces, lo que supone “un motivo más” para estar orgulloso de esta Carta Magna que ha amparado a todos.
