El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, cree que “la cosa irá bien” para Melilla en los Presupuestos del Estado (PGE) de 2015 porque la receptividad del Gobierno central hacia la Ciudad Autónoma “es total”. La reunión que ayer mantuvo el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, con el consejero de Economía y Hacienda, Daniel Conesa, y su viceconsejero, Guillermo Frías, sirvió precisamente para ir hablando de los PGE de 2015 y las partidas que podría recibir nuestra ciudad.
Conesa, en declaraciones a MELILLA HOY, explicó que el Gobierno local necesita que se vayan concretando dichas partidas para ir perfilando los Presupuestos de la Ciudad Autónoma de 2015. La intención del Ejecutivo melillense es que pueda estar aprobado definitivamente antes de que finalice este año para que entre en vigor el 1 de enero. Ello obliga a ir elaborando ya el proyecto, y de hecho las diferentes consejerías ya tienen desde hace mes y medio el encargo de ir presentando su programación de cara al año que viene para ajustar los números. Pero para ello, es necesario saber antes las partidas que recibirá la Ciudad Autónoma del Estado.
Conesa trató de concretar ayer lo máximo posible, en la reunión, donde hubo “una receptividad total y absoluta”, y en la que el consejero pidió que se recojan inversiones para los nuevos centros educativos, el hospital, el contrato marítimo y políticas activas de empleo.
Incrementos
Imbroda, en el encuentro que tuvo hace mes y medio con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya había pedido un incremento de las partidas para los convenios firmados entre las dos administraciones, además de compensaciones por la caída de recaudación por la venta de hidrocarburos y tabaco.
Imbroda insistió en que “Melilla tiene que estar en el tren” del crecimiento del país, que está saliendo de “una crisis galopante” gracias, según dijo, a la “política de seriedad y de rigor” del Gobierno de Rajoy.
Ésa ha sido la razón por la que en los dos primeros ejercicios presupuestarios de la legislatura hubo que “salvar los muebles” de la situación en la que se encontraba el país, tras encontrarse el Ejecutivo central en diciembre de 2011 sin un presupuesto elaborado “ni dinero” para poder gestionar las deudas, que eran “muchísimo más de las que habían dicho”.
