En la tarde de ayer y en el marco del curso denominado "Cultura pop. El cine lee cómic" el doctor en Historia del Arte, y profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga,Valentín Serrano, expuso sus conocimientos sobre “Deconstrucción del superhéroe: adaptaciones y creaciones propias”. La charla, que como todos los días se inicia a las cinco de la tarde en la UNED, dio paso a la proyección, en el salón de actos, de la película “Kick Ass” de Matthew Vaughn y con posterioridad al debate en que el conferenciante compartió mesa con los cinéfilos Moisés Salama y Miguel Ángel Oeste. Con este curso o jornadas que tiene una vocación académica se pretende exponer las relaciones más que evidentes entre dos disciplinas como son el cine y el cómic.
El cómic es hoy día una de las formas de arte más vivas y ricas, y su variante superheroica ya se ha convertido en un elemento clave de la cultura pop, imprescindible para entender la sociedad de los dos últimos siglos. Un fenómeno, de paso, lo suficientemente mutante como para haber enganchado al menos a cuatro generaciones de lectores. Su carácter poliédrico y trasversal ha propiciado con el paso de las décadas su llegada a la radio, la televisión, los videojuegos y, por supuesto, a la gran pantalla.
Se quiera o no, el cine que adapta cómics de superhéroes o que se basa en ideas de partidas de las viñetas goza en la actualidad de un gran número de aficionados, pues conecta con sectores que están en transformación y cambio. Pero es que además estas películas cuestionan un montón de temas y son un retrato social y político envuelto en un traje de fantasía. Lo moral y lo ético no sólo forma parte del contenido, también de la estética y se puede indagar en ellas desde perspectivas insólitas con lecturas muy variadas.
A estas alturas, el cine de superhéroes es un género en sí mismo, un género lo suficientemente consolidado como para habernos ofrecido adaptaciones ejemplares de la viñeta original y películas que sin venir del cómic beben directamente de ellos, de sus ideas y su estética. Sin embargo, contextualizar las adaptaciones superheróicas del cómic al cine es lo que se persigue y se defiende en este curso como manera de sentir y estar en contacto con la actualidad.
Programa para hoy
"¿Quién vigila a los vigilantes?" A esos enmascarados amados y temidos a partes iguales por la población. Esta es una de las cuestiones sobre las que gira Watchmen. En ella, el guionista Alan Moore deconstruía a esos seres enmascarados, inspirándose en los héroes de la Edad de Oro. De paso, advertía que, tanto el concepto de superhéroe como el de obra adulta y compleja, iba más allá de las asociaciones de violencia o sexo con los que se relacionaba a los tebeos adultos hasta ese momento.
Alan Moore y Dave Gibbons renovaron el lenguaje del cómic de superhéroes hasta llevarlo a zonas antes inexploradas, transgredieron todos sus códigos, e incluyeron referencias literarias, filosóficas, artísticas adecuándolas al argumento y a los personajes. A ello se une un elemento caracterizador de todos los escritores citados: su ambición por contar historias más allá de un medio expresivo considerado menor en la década de los 80. Hoy día esto ha cambiado. Ahora el cómic goza de un mayor prestigio, pero no era así cuando Moore diseñaba 'Watchmen', mezclando formas narrativas distintas, desde lo pulp, hasta el periodismo, la literatura clásica, pasando por los poetas románticos como William Blake y todo su simbolismo… El propio escritor afirmó en una entrevista que su idea con esta historia, donde se reflexionaba sobre el hombre y éste bajo la máscara, era hacer una especie de Moby Dick, donde la trama va más allá de la obsesiva aventura del capitán por capturar una ballena.
