Carta del EditorMH, 10/4/2024
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Por sus hechos los conoceréis, proverbio de origen bíblico (San Mateo 7, 16), que significa que se juzga a alguien por su obra, no por la causa sino por el resultado. Hechos, en vez de intenciones.
Por sus hechos los conoceréis, proverbio de origen bíblico (San Mateo 7, 16)
Veamos algunos resultados ¿Quién puede profanar tumbas? Pues…Pedro Sánchez, estos últimos días, en Cuelgamuros. Una profanación sórdida, un regreso a un estadio previo a la civilización humana, como dice Juan Manuel de Prada. Lo mismo ocurre con lo de la amnistía, un regate para mantenerse él, Sánchez, en la presidencia, no para conseguir “un bien superior”. Lo explicó muy bien el catedrático César Aguado en su conferencia del pasado viernes en el Club Marítimo de nuestra ciudad, que concluyó que, precisamente por la ausencia de ese bien superior, la amnistía de Sánchez a los separatistas catalanes es inconstitucional.
Las “transacciones” de Sánchez con los secesionistas catalanes ponen en jaque el Estado de Derecho (lo dice un historiador catalán, Jordi Canal). Melilla -escribió FB en nuestro Semanario QUEZ del sábado- será una de las principales afectadas si Sánchez vuelve a ceder ante los separatistas catalanes y les permite no aportar al sistema de solidaridad de los territorios españoles con menos recursos, entre los que encuentra Melilla, una ciudad demasiado dependiente de la administración central.
En fin, el juicio que merece, por sus resultados, el lamentable actual presidente del gobierno español no puede ser más triste, más repugnante, no puede ser peor para España y los españoles, excluyendo a los sectarios colocados con cargo al presupuesto público en puestos y con sueldos que jamás pudieron imaginar, como es el caso de la delegada del Gobierno en Melilla, la sin par -menos mal- Sabrina Moh. Leo, en nuestro periódico digital -que tiene más de un millón de visitas mensuales- un correo, el domingo pasado, de Juan José Imbroda: “Si el PSOE de Melilla cree que se puede “ir de rositas” sin responsabilidad alguna del Proceso Judicial que por presuntos delitos graves les ha caído a sus compañeros de Gobierno, están muy equivocados. ¡El PSOE local los aupó y los sostuvo a pesar de muchas advertencias!”.
En el caso de lo del Plan de Publicidad Institucional Imbroda no tiene razón, pero sí la tiene en el caso de acusar al PSOE local de corresponsable, al menos por omisión, de lo hecho por sus compañeros de gobierno de CpM
Puede gustar o no lo que escribe “el presidente Imbroda”. Seguro que a la ya dimisionario y siempre sectaria Gloria Rojas no le gusta. Tampoco a la reaparecida Elena Fernández Treviño que, con la acostumbrada suficiencia de una superioridad moral del PSOE claramente inexistente, amonesta y amenaza infantilmente a Imbroda, “si quiere ir por ahí, le vamos a cortar prontito las alas”, dice Elena. Pues en el caso de lo del Plan de Publicidad Institucional, rotundamente, Imbroda no tiene razón, pero sí la tiene en el caso de acusar al PSOE local de corresponsable, al menos por omisión, de lo hecho por sus compañeros de gobierno de CpM.
Si todos los hombres mintieran, como Sánchez, la vida social resultaría imposible
El recurso a la mentira -concepto rebautizadlo por Pedro Sánchez, el líder del PSOE como “cambio de opinión”– actualiza la necesidad de distinguir entre mentiras evidentes y mentiras rebautizadas. Pero es evidente, y la Historia de la Filosofía -un libro, best seller, de Will Durant, publicado en 1926 así lo demuestra- que sabemos, no por raciocinio, sino por sentimientos vivos e inmediatos, que debemos evitar mentir, porque si todos los hombres mintieran la vida social resultaría imposible, así que, aunque se pueda desear una mentira, nunca se querrá que el mentir se vuelva una ley universal, porque en esas condiciones no podría haber promesa alguna. A esa situación nos están llevando a los españoles Sánchez y sus sicarios políticos.En la confianza en las promesas se ha basado el desarrollo social, el económico especialmente, porque la mentira, edulcorada o no, es una mentira, un acto malo, aunque con ella se puedan obtener buenos resultados…a corto plazo. Aviso a navegantes (léase gobernantes) nacionales y locales.
