Una convergencia de instituciones, la UGR y la Ciudad Autónoma, que deberían dar los ansiados resultados, unidas al Ministerio de Educación con cuyos responsables está manteniendo reuniones la rectora para tratar de incrementar los presupuestos quehagan posible contribuir a los cambios que los universitarios melillenses demandan para estar en igualdad de condiciones de sus compañeros peninsulares. Una inmensa mayoría de melillenses afrontaba sobrecogida el hecho acontecido el último día de la semana. La noticia del hallazgo del cuerpo sin vida en la zona trasera de las casetas de la Hípica, de una joven española de origen ecuatoriano en las primeras horas de la mañana de un domingo teñido de tragedia como decíamos en nuestra edición del lunes, De nuevo un asesinato execrable ya que todo apunta a un nuevo caso de violencia de género. El primero en Melilla este año y esperemos que el último, aunque a nivel nacional se elevan ya a 26 y si contabilizamos desde el 2005 hasta el momento suman 849. Una nueva vida sesgada por la sinrazón de la violencia a manos de un autor confeso, su expareja y padre de su hijo, marroquí de 34 años sin residencia en la ciudad que presuntamente la estranguló. Un acto repugnante que terminó con las esperanzas de futuro y de libertad de una joven madre en la flor de la vida en esa mañana dominical sembrada de nubarrones en la que pocas horas después el individuo se entregaba en la Jefatura de Policía con el hijo da ambos en brazos y de cuya asistencia y cuidados se han hecho cargo los servicios sociales de la Ciudad Autónoma. Una joven, por tanto, que de la misma manera que desgraciadamente otras muchas en circunstancias similares han sufrido las tremendas consecuencias de una conducta detestable desde cualquier punto de vista.
Un asesinato que despertó los más sentidos sentimientos de tristeza, así como de dolor y repulsa a los que, por supuesto, se suma MELILLA HOY y que tuvo, de inmediato, reflejo a través de las redes sociales en las que se manifestaron la práctica totalidad de formaciones políticas de la ciudad. En esto sí, unidas ante tan execrable y monstruoso crimen.
Sin embargo la semana comenzaba ayer con otra noticia de contenido universitario. La toma de posesión de su cargo de la nueva decana de la Facultad de Educación y Humanidades, Alicia Benarroch, que sustituye al frente de la institución universitaria a su antecesora en el ultimo cuatrienio Carmen Enrique. Dos docentes de altura. Ambas, serias responsables y preparadas como lo demuestra el hecho de que la saliente es la profesora con más créditos de todo el distrito universitario granadino, mientras que a la entrante le avalan la nada desdeñable cifra de más de un treintena de años en la singladura docente y de investigación.
Una ceremonia, de entrega del testigo entre una y otra, presidida por la rectora de la UGR, Pilar Aranda quien destacó la excelencia de la labor realizada por Enrique y expresó su certeza en que Benarroch realizará un excelente trabajo. Un acto revestido de solemnidad y a su vez emotivo en el que quedó palpable la simpatía personal y el respeto profesional que inspiran las profesores, a tenor del público que dejó sin plazas libres la sala de grados con una amplia representación oficial y numerosos familiares, compañeros y amigos de las protagonistas.
Y un acto no exento de demandas en base a las grandes necesidades que requiere el campus universitario melillense que se expande por momentos. En la actualidad, en la Facultad de Educación y Humanidades, junto a las de Ciencias Sociales y y Ciencias de las Salud, se imparten cuatro títulos de grado y tres de postgrado, ademas de contar con 70 profesores y 800 alumnos. De ahí que ante el aumento las instalaciones tengan que ser compartidas en ocasiones, además de quedarse obsoletas. Un panorama, por tanto, que no dejó pasar por alto la nueva decana quien reivindicó la urgente necesidad de incrementar las aulas, los medios y dotar la ciudad de un campus con instalaciones deportivas hasta ahora inexistentes por falta de espacio en el actual recinto universitario melillense.
Unas demandas que reconocía como justas y necesarias, como no podía ser de otra manera, la rectora de la UGR, que expresó su compromiso de atenderlas en la medida de sus posibilidades. Un reconocimiento y un compromiso de mejoras que en su día adquirieron también sus antecesores, pero que nunca terminan de llegar. Aranda reiteró y agradeció, en más de una ocasión, que la Universidad de Granada cuenta con el apoyo firme y claro de la Ciudad Autónoma, muy interesada en solventar los problemas. Una convergencia de instituciones que deberían dar los ansiados resultados, unidas al Ministerio de Educación con cuyos responsables está manteniendo reuniones la rectora para tratar de incrementar los presupuestos que hagan posible contribuir a los cambios que los universitarios melillenses demandan para estar en igualdad de condiciones de sus compañeros peninsulares.