Un hombre joven de 23 años y de origen bereber murió ayer en la pensión Holiday, ubicada frente al instituto Victoria Eugenia. Según ha podido saber MELILLA HOY, el cadáver fue hallado en una de las habitaciones del establecimiento hotelero con signos de violencia, ya que tenía un corte en el cuello. La Policía Nacional se trasladó inmediatamente al lugar, donde inició una investigación en la que no se descarta ninguna posibilidad, incluida la del suicidio, que ayer a última hora cobraba incluso una mayor fuerza. El cuerpo apareció sobre las 14.45 horas en la planta superior de la pensión Holiday, antiguo Hostal Mirasol. Un hombre que se alojaba en ella afirmó que no se había oído ningún ruido. Las unidades de Policía Judicial y Policía Científica de la Jefatura Superior se trasladaron a establecimiento, en el número 67 de la avenida General Astilleros, en su intersección con la calle Cabo Cañón Antonio Mesa.
La Policía Local acordonó la acera mientras la Policía Nacional recababa pruebas en el interior de la pensión. Sobre las cuatro llegó el juez de guardia, titular del Juzgado de Instrucción número 4, que algo más de una hora después decretó el levantamiento del cadáver. A las 17.15 horas, el cuerpo del joven fallecido fue trasladado al cementerio de la Purísima para practicarle una autopsia.
El caso se encuentra bajo secreto de sumario y ayer una enorme expectación, con la presencia de multitud de curiosos que se agolpaban en las inmediaciones de la pensión y en la puerta del instituto, justo enfrente. El suceso también suscitó numerosos comentarios en las redes sociales, donde ayer se especulaba sobre la posibilidad de que fuera un homicidio con violencia, en cuyo caso sería el segundo de este año en Melilla, después del que sucedió el pasado 18 de marzo con un caso de violencia de género en una vivienda cerca del Hospital Comarcal.
Sin embargo, una de las hipótesis que barajan los investigadores es la del suicidio, según ha podido saber este Periódico, que pudo comprobar cómo había restos de sangre en la fachada del edificio de la pensión, concretamente en su parte trasera, que da a la Avenida de Europa y que también estaba acordonada por la Policía.
