Hajar Lagranja El Kotri tiene 25 años, es trabajadora social y además Dj.
Para Hajar, el panorama musical melillense deja mucho que desear. Pone en el punto de mira la falta de cultura musical y reivindica espacios de reconocimiento para las mujeres en Melilla.
-Hajar, ¿cómo te definirías para los que no te conozcan?
-Soy una chica muy simpática de 25 años, trabajadora social y que a veces, solo a veces, pincha mientras baila y baila mientras pincha.
-Tienes una carrera muy prometedora como DJ, porque en tus redes sociales hemos visto viajes a Marrakech y a diferentes sitios en Marruecos donde has trabajado con tu música. ¿Cómo surge tu gusto por este mundo?
– Siempre me ha gustado bailar, estar en primera fila dando support al Dj, siempre he estado en la pista desde ese ángulo y me ha dado curiosidad ver o saber qué hacen ahí. Entonces, ha llegado el momento en el que de repente me he colocado al otro lado, pero también sin dejar de bailar y sin dejar de formar parte de la pista. Esos viajes que comentas, han surgido por la falta y la carencia de la escena musical electrónica en Melilla. La falta de cultura a nivel musical.
-¿A qué te refieres con falta de cultura musical en Melilla?
-Pues, puedo entender que existen diferentes gustos musicales y que cada persona puede decantarse más por una cosa que por otra. El problema de Melilla es que no hay oportunidad para lo que no es común. Y eso no significa que lo que no sea común no exista. Hay muchísima diversidad, muchísimos estilos musicales. Y la falta de la escena de música electrónica, que es la que me gusta y pincho, música house, afro-house, música árabe, con ritmos electrónicos, hace que empuje a mi motivación por poder ofrecer mi arte. Me gustaría ofrecer más de lo que estoy dando, porque directamente en Melilla las personas no dan la oportunidad, o igual no quieren dar la oportunidad a gente disidente. Tú puedes ir a pinchar a un bar, pero si el público que tiene es un público al que le gusta el reggaetón, no voy a llegar yo a ponerles house, porque no lo van a disfrutar.
-Entonces, si en Melilla no has podido disfrutar de espacios para pinchar, ¿dónde te has sentido más cómoda?
-Creo que surge de mi viaje a Sao Paulo. Estuve viviendo allí el año pasado, y pude ofrecer un poco nuestras raíces y mostrar a través de un viaje musical nuestra cultura marroquí. También creo que mi música va muy ligada al mundo árabe por todo el tema del exilio y demás. Estos viajes a Marruecos para trabajar como Dj han sido con todas las ganas esas que traje de Sao Paulo.
-¿Estás desmotivada con la escena musical en Melilla?
-Tengo la motivación de querer hacer algo aquí en mi ciudad, pero me he dado con un muro y me he dado cuenta de que es literalmente imposible. Porque los comercios, como he dicho anteriormente, no dan la oportunidad porque van a perder clientela. Luego es verdad que, a nivel social, cultural, creo que Melilla es una ciudad muy acomplejada. Existe mucho talento, tiene mucha diversidad y tiene muchísima creatividad y artistas, pero tenemos muchísimo complejo porque siempre pensamos que lo de fuera y lo de Occidente es mejor que lo que tenemos aquí. Entonces, siempre se va a ir a buscar lo de fuera antes que apostar por lo que tienes en la ciudad.
-Hajar, creo que algo que se destaca de tus sesiones y de lo que tú haces es ese ambiente de comunidad que se genera con las pinchadas, haces como un estilo parecido al boiler room, en el que todo el mundo se encuentra alrededor de la mesa compartiendo la música.
-Sí, eso de generar comunidad creo que viene de la parte profesional del trabajo social y de mi rol de R.P.P., también como organizadora de eventos. Es que nosotros, los Dj, sin la comunidad no somos nada. Creo que es una relación de 50-50.
-¿Cómo es ser mujer en el mundo del Dj?
-Es complejo porque como sabemos, los hombres siempre se han apropiado y han ocupado todos estos espacios. No digo que hayan dicho, “oye, esto es mío”, pero sí es verdad que indirectamente, con el sistema patriarcal y machista en el que nos formamos, las mujeres hemos tenido menos oportunidades para acceder a este tipo de espacios. Podemos verlo hoy, que la mayoría de DJs que conocemos son hombres y llevan un montón de tiempo en la escena musical. Esto pasa muchísimo también aquí en la ciudad. Yo no sé cuántas chicas DJs que pinchen música conocemos, o al menos que pinchen en espacios que tengan un tipo de reconocimiento. Somos dos o tres las mujeres que pinchamos aquí, y tampoco tenemos el espacio. No queremos pinchar en nuestra ciudad porque no se nos está dando reconocimiento y valor.
-¿De qué forma crees que se puede abrir este arte que tú compartes con la música electrónica tradicional marroquí y amazigh que pinchas?
-Hago un llamamiento a Cultura para que se informen sobre los talentos locales, artísticos, creativos y musicales que se conforman en su ciudad. Porque hay muchísimas personas, lo que pasa es que están en su casa porque están cansadas de tener que seguir y seguir y seguir luchando contra un muro. Creo que la ciudad debería acercarse a estos talentos y hacer una colaboración, además de mostrar interés. Hace poco se hizo un festival de Djs desde Cultura con una cartelera de ocho DJs y sólo una de ellas era una chica, una de ocho. Además, la mayoría de ellos pinchaban reggaetón. Encima no se publicitó en ningún sitio ni se dio a conocer. A mí me llegó la información porque un amigo iba a pinchar allí. Con lo rica que es esta ciudad para poder generar una comunidad, generar relaciones, conocernos, y luego la tenemos desaprovechada. Y sobre todo con las mujeres, ¿dónde está esa insignia que nos colgamos en el pecho de “feministas”? Feminismo es dar espacios o promover a nuestras artistas locales.
-Como trabajadora social, ¿cómo compaginas el mundo de la música con tu labor?
-Me gustaría tener la oportunidad de poder ofrecer esos conocimientos de pinchar a los más pequeños y mezclarlo con el tema del trabajo social. Creo que la música y la inserción y generar interés a los más jóvenes es súper importante, de esta forma se capta atención y también se ofrece riqueza musical. Me gustaría hacer un festival y que en el line up sean solo mujeres de Melilla.
