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Hacer como que se hace algo para que pase el tiempo (cobrando): una mala costumbre de muchos políticos locales (también nacionales). ¡Pescado en Melilla!

Por: J.B.

La prisa no suele ser buena (no confundir con el super-subvencionado/mantenido Grupo Prisa), salvo en algunos casos, en los que es buena, urgente/inexcusable e imprescindible.

España es un país de refranes. Los hay para casi todo y los suele haber para una situación y la contraria.

Así, hay frases/refranes que defienden no tener prisa: “No hay ventaja en darse prisa en la vida” (Masashi Kishimoto); “La prisa irracional es el camino directo al error” (Moliere); “Lo que se hace con precipitación nunca se hace bien; obrar siempre con tranquilidad y calma.” (San Francisco de Sales); “Cualquier ser humano puede no estar a la altura de sus capacidades habituales cuando actúa movido por la prisa.” (Eiji Yoshikawa); “El apresuramiento es padre del fracaso.” (Heródoto de Halicarnaso), “No por mucho madrugar amanece más temprano” (refrán); etc.

Por otro lado, hay frases/refranes a favor de la prisa: “Hay que moverse siempre deprisa, ¡Nunca se sabe quién te anda pisando los talones!” (Sir Terry Pratchett); “A quien madruga, Dios le ayuda” (refrán); “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” (refrán); “Date prisa, pero no corras” (refrán); “Un hombre sensato puede sentir prisa, pero nunca precipitación; porque sabe que lo que se hace precipitadamente, sale siempre mal.” (IVº Conde de Chesterfield).

Subvenciones al mantenimiento y creación de empleo en Melilla

Es un tema, este sí, que requiere prisa (no confundir con precipitación y cosas mal hechas), que es urgente e imprescindible. Requiere la dedicación de todos los medios disponibles (muchos, pero, en muchos casos, utilizados para hacer como que se hace, sin hacer) para su inmediata puesta en marcha.

Hasta ahora ha habido poca prisa y mucha desidia/tranquilidad. En abril se publicaron en el BOME (Boletín Oficial de Melilla) las primeras “bases reguladoras de las subvenciones al mantenimiento y a la creación de nuevo empleo en empresas melillenses durante la crisis económica derivada del covid 19”, que tuvieron que ser modificadas, y el pasado 28 de julio se publicó un decreto con las nuevas bases reguladoras aprobadas por el Consejo de Gobierno, en sesión resolutiva ordinaria celebrada el día 30 de junio de 2022. Ahora se está a la espera de las convocatorias por parte de Proyecto Melilla S.A. No tiene buena pinta que esta sociedad de capital público, presidida actualmente por un torpe político (o un político torpe, que lo mismo da) como Jesús Delgado, sea la que tenga que agilizar el proceso…  Estamos casi en el mes de septiembre y se avanza a paso de tortuga coja ¿Se publicarán las convocatorias antes de que la ayuda ya llegue tarde? ¿Para qué tantos funcionarios/empleados públicos si no pueden agilizar algo vital para que Melilla asome un poco la cabeza de la UVI?

La gran mayoría de los melillenses estamos esperando estas tan imprescindibles ayudas para poder paliar las graves consecuencias económicas del covid y también para poder resistir el crudo invierno que nos espera (económico y, quizás, también meteorológico, por la falta de gas y el alto precio de la electricidad). Esperemos que esta vez no se pierdan, por no usarlos, los fondos europeos que las sufragarán en parte y que se perderán si no se conceden antes de final del año 2023.

¡Hay pescado en Melilla!

Que se sepa, la flota pesquera de nuestra ciudad no ha resucitado de sus cenizas (desapareció hace muchos años al no poder competir con los pescadores marroquíes y sus bajos precios de venta, consecuencia de sus bajos salarios). En Melilla no hay pescadores, pero el pescado, a precios parecidos a los que había antes de que nuestro incómodo vecino marroquí cerrase sus fronteras y diese un paso más en su intento de asfixiar a Melilla y sus habitantes, ha vuelto a nuestra ciudad.

Hace un mes o dos el precio del pescado se había disparado y había escasez como consecuencia, lógica, del cierre de la frontera y de que este venía de la península (no todos los días y con un precio de compra mucho mayor que el que se traía del país vecino).

Es evidente que está entrando pescado de contrabando (se habla mucho de barcos que van al puerto deportivo y desde allí distribuyen a la ciudad). A muchos melillenses de a pie no nos va mal (buen pescado a menor precio), pero es pan para hoy y hambre para mañana.

A medio y largo plazo, no nos interesa el contrabando, no nos interesa depender de Marruecos y, sobre todo, no nos interesa una frontera coladero en la que se haga lo que a nuestro incómodo vecino se le vaya ocurriendo (ahora se entra, ahora no; ahora mercancías sí, ahora no; etc.). Melilla, con la ayuda del gobierno nacional, debe ser independiente, en todos los ámbitos (alimentación, agua, energía, comunicaciones, etc.), de Marruecos.

Un gobierno que apueste por que Melilla y Ceuta sigan siendo parte de España, debe hacer que las empresas españolas o europeas puedan ofrecer sus productos en ambas ciudades con los mismos costes (subvencionando la diferencia existente por el transporte, aduanas, …) que tienen al llevar/ofrecer sus productos al resto del territorio español. La consecuencia de esto sería que en Melilla, por ejemplo, la carne y el pescado (o cualquier otro producto) costarían lo mismo, o menos por la inexistencia del iva, que en el resto de España, no más. Las mercancías provenientes de Marruecos (también las que viajarán desde España, vía Melilla, hacia Marruecos) deberían pasar por una frontera europea (Melilla debe ingresar en la Unión Aduanera Europea), cumplir las mismas condiciones sanitarias/legales que los productos que llegan al resto de Europa desde terceros países y, si fuera necesario para fomentar la independencia respecto a nuestro vecino, las importaciones podrían ser objeto de aranceles.

En resumen, Melilla debe intentar ser lo más independiente posible de Marruecos (comercio legal sí, dependencia, no) para evitar que, como pretende (las recientes retiradas de papeles a los barcos de recreo melillenses por parte de patrulleras marroquíes son una prueba más), nos pueda asfixiar.

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