El diputado por Melilla, Jorge Hernández Mollar, calificaba de «ceremonia de la confusión» lo que estaba sucediendo con los acuerdos que se habían firmado entre España y Marruecos y que no eran otros que el tratado de cooperación y amistad entre los dos países, así como el convenio de inmigración que el entonces delegado del Gobierno, Manuel Céspedes, calificaba de «inútil» tras la conflictiva situación generada en torno a los inmigrantes centroafricanos que el delegado expulsó inicialmente y que, tras dos semanas, tuvo que readmitir en Melilla. Por otro lado, el secretario general de UGT-Construcción, Abdeselam Anana, denunciaba que «las constructoras establecidas en la ciudad no contratan a melillenses».