El acuerdo entre los dirigentes de la FSP-UGT y los miembros del equipo de gobierno municipal, incluido el alcalde, Ignacio Velázquez, permitía que se cerrase uno de los frentes de batalla que acosaban al grupo popular. Eso sí, no había sido en balde. De hecho, los ugetistas obligaban a los populares a aceptar en la mesa de negociación a los miembros de la oposición, al entender, según sus argumentos teóricos, que era la única fórmula para conseguir garantía de que los compromisos que se adoptasen llegasen a ser aprobados en un Pleno. Otra de las demandas que tuvieron eco en las filas del gobierno municipal fue el de la representatividad mayoritaria. La UGT, a partir de entonces, se sentaría como interlocutor prácticamente exclusivo. El acuerdo entre los dirigentes de la FSP-UGT y los miembros del equipo de gobierno municipal, incluido el alcalde, Ignacio Velázquez, permitía que se cerrase uno de los frentes de batalla que acosaban al grupo popular. Eso sí, no había sido en balde. De hecho, los ugetistas obligaban a los populares a aceptar en la mesa de negociación a los miembros de la oposición, al entender, según sus argumentos teóricos, que era la única fórmula para conseguir garantía de que los compromisos que se adoptasen llegasen a ser aprobados en un Pleno. Otra de las demandas que tuvieron eco en las filas del gobierno municipal fue el de la representatividad mayoritaria. La UGT, a partir de entonces, se sentaría como interlocutor prácticamente exclusivo.