Ese 31 de agosto de 1996 comenzaba la Feria de Melilla y una semana repleta no sólo de fiesta, sino también de un importante conflicto social propiciado por el temor de los comerciantes melillenses de que la Ciudad Autónoma hubiera dado permiso para que se instalase en Melilla una gran superficie, algo que demandaba el 77% de los melillenses encuestados, según publicada este diario. La Ciudad Autónoma aseguraba que su idea era la de abrir un gran centro comercial en el que se ubicaran los empresarios melillenses y no un centro al estilo de El Corte Inglés. Los empresarios y los partidos de la oposición, preparaban una semana de protestas y cierres.
Una bellísima Kety Reyes se convertía en Miss Melilla y Reina de las Fiestas 1996.
