La polémica originada ante la posible instalación de un centro comercial de grandes proporciones en Melilla continuaba su curso. El responsable de Economía en la Ciudad Autónoma, Nicolás Sánchez, consideraba que habría que evaluar lo más conveniente para los intereses generales de la ciudad y sus habitantes, pero aseguraba que todavía no se había tomado ninguna decisión. El político mantenía que los primeros en enterarse serían las asociaciones empresariales y ponía como limite temporal a la toma de decisiones, el año en curso.
Las agencias de viajes se preparaban para recibir un turismo en expansión que estaba empezando a elegir Melilla como destino vacacional con motivo de la celebración del V Centenario de la ciudad.
