El Ayuntamiento se mostraba dispuesto a contratar a una empresa para que se encargara provisionalmente de la recogida de basura si el conflicto de Itusa continuaba. Los empleados trasladaban sus concentraciones de protesta de la puerta de Itusa al Ayuntamiento y después a la Delegación del Gobierno, que había dictado unos servicios mínimos del 50%, para reducir así la peligrosa situación de salubridad de las calles melillenses tras casi una semana sin recogida de basuras.
El Ayuntamiento cedía a la Comisión Islámica, mediante un acuerdo, la gestión del Cementerio Musulmán.
Un grupo de jóvenes de la Cañada de Hidum atacaba un jeep militar, alegando que los militares se acercaron al barrio para comprar droga.
