El Gobierno central decidía incrementar la inversión prevista para Melilla en la construcción de viviendas, con una nueva partida de mil millones de pesetas, al aceptar una enmienda presentada por los parlamentarios melillenses. La cuantía, recogida en los PGE de 2001, permitiría que la Ciudad pudiera llevar a buen puerto la intención de reducir las listas de solicitantes de casas, construyendo unas mil viviendas sociales en los próximos tres años.
En Pleno, uno de los socios de gobierno, el PSOE, votaba en contra de la subida de sueldo de dos asesores municipales que habían perdido poder adquisitivo. Tampoco votó a favor de conceder una remuneración a un ex gilista que había pasado al grupo mixto y apoyaba al gobierno como vicepresidente.
