Los sindicatos daban un preaviso de huelga en la Ciudad Autónoma, convocatoria que afectaría a los días 3, 10 y 11 de octubre. El anuncio se hacía oficial tras la reunión mantenida con el presidente Imbroda y pese al compromiso de buscar soluciones que pusieran sobre la mesa el máximo responsable del ejecutivo local. El tema era la impugnación por parte de la Delegación del Gobierno de la VPT (Valoración de Puestos de Trabajo) acordada entre Ciudad y sindicatos para ese año.
El delegado del Gobierno, Arturo Esteban, anunciaba que el aeropuerto podría ampliar su horario de cierre en hora y media a finales de septiembre. La medida tendría por objeto facilitar la incorporación de empresas privadas que podrían aumentar el número de vuelos o hacerlos más espaciados en el tiempo.
