Melilla era una de las ciudades más investigadas por expertos a las órdenes de la Audiencia Nacional por la posible vinculación de comerciantes locales con grandes operaciones de blanqueo de capitales. Los informes estatales señalaban a la ciudad como sede de inversiones atípicas cuyos orígenes de financiación tenían relación directa con el mundo del narcotráfico. Los agentes policiales luchaban contra una realidad: ni la mitad de los casos investigados llegaban a demostrarse y los asuntos se quedaban en la fase de diligencias previas por falta de pruebas.
La Ciudad Autónoma ordenaba que los trabajadores de hostelería en Feria, deberían contar con el carné de manipulador de alimentos o de lo contrario, se les sancionaría.
ETA asesinaba a dos guardias civiles en Huesca: José Ángel de Jesús e Irene Fernández.
