El diputado del PP por Melilla, Antonio Gutiérrez, fue uno de los cinco escaños de la bancada popular en el Congreso de los Diputados que el pasado martes decidieron no votar la Proposición de Ley Orgánica presentada por su grupo parlamentario para reformar la actual Ley del Aborto. Gutiérrez, en declaraciones a MELILLA HOY, explica que lo hizo por razones de coherencia y conciencia, algo que considera “fundamental”. “Mi conciencia está por encima de cualquier otra disciplina que pueda atarme, parlamentaria o no”, dijo el diputado por Melilla tras dejar claro que respeta a quienes piensan de forma diferente a él. Gutiérrez argumentó su decisión de manera exhaustiva para demostrar que su decisión no ha sido tomada a la ligera, sino después de hacer “una profunda reflexión y haber leído hasta la saciedad la proposición” que había planteado el Partido Popular en el Congreso.
Para empezar, consideró “evidente” que la iniciativa “choca frontalmente” con el programa electoral del PP, que él respaldó presentándose como candidato por Melilla en las generales de 2011. También con las actuaciones parlamentarias del PP tanto en el Congreso como en el Senado en esta legislatura. Y además de ello, “resulta plenamente incoherente con lo que hasta hoy al menos han constituido los valores del proyecto político del PP”, apostilló Antonio Gutiérrez.
El diputado aludió en este sentido al artículo 3 de los estatutos del PP, que es “clarísimo” respecto al derecho a la vida y el ideario humanista del partido. También a la posición de defensa de la vida que ha mantenido el PP en sus congresos nacionales y a los argumentos que ha defendido en el Parlamento, tanto en la Subcomisión del Aborto como en la legislatura anterior respecto a la tramitación de la denominada Ley Aído. El recurso de inconstitucionalidad de aquella Ley que presentó el PP con la firma de medio centenar de diputados (entre ellos Gutiérrez) y la Ley Gallardón aprobada por unanimidad en el Consejo de Ministros en diciembre de 2013 son otros de los hechos enumerados por Gutiérrez, que también recordó la votación secreta del 11 de febrero de 2014 en la que se rechazó la pretensión del PSOE de que se retirara el anteproyecto de la Ley Gallardón.
Precipitada e inoportuna
“Después de analizar todo esto, y de acuerdo con mi conciencia, que está por encima de cualquier otra disciplina que pueda atarme, decidí inhibirme de la votación”, explicó Gutiérrez, que defendió su postura al recordar que durante la tramitación ha guardado “un silencio escrupuloso”. Ello, a pesar de que el PP no atendió su petición y la de varios diputados para que se dejara libertad de voto en este asunto. Una solicitud que mantiene para lo que queda de trámite parlamentario de esta Proposición de Ley Orgánica, en el que confió que el texto se enriquezca “con enmiendas que vayan en concordancia con nuestro ideario”.
A su juicio, esta proposición “se ha hecho de manera precipitada y en el momento más inoportuno, en una situación socioelectoral que se está dibujando en España con un debate áspero en el que lo razonable es que se respeten los disensos”.
Es la segunda vez en sus 19 años de diputado que Gutiérrez se salta la disciplina de partido en una votación. La primera fue en 2002 en la votación de una iniciativa sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, en la que votó en contra. En aquella ocasión, su partido también le advirtió de que podría aplicársele el código disciplinario. “Trece años después todavía estoy esperando”, apuntó Gutiérrez, que no teme repercusiones por este tema y piensa recurrir si le sancionan.
