El plantel de la U.D. Melilla reanudó ayer lunes los entrenamientos de la semana y ya está centrado en la nueva final que disputará el próximo domingo el Linares Deportivo, después de salvar en Lepe un auténtico match ball, al vencer al C.D. San Roque por 0-1. Los melillenses desarrollaron el trabajo habitual de los lunes, regenerativo para los que futbolistas que jugaron de titulares ante los onubenses y compensatorio para el resto de efectivos de la plantilla. Para la próxima cita liguera no podrá jugar Pepe Romero, que será sancionado este miércoles por el Comité de Competición con un encuentro, después de que el colegiado canario le mostrase la quinta amonestación que acarrea un encuentro de sanción, mientras que el entrenador de la U.D. Melilla no se podrá sentar en el banquillo al ser expulsado en el partido ante el San Roque.
Precisamente, el árbitro Raúl Martín González Francés redactó en el acta del encuentro que en el minuto 16, Carlos Granero fue expulsado por «protestar, de forma ostensible, levantando ambos brazos y dirigiéndose a mi árbitro asistente número 1 en los siguientes términos y a viva voz: ‘Lo que tienes que hacer es irte para allí, que te comiste el penalti’. Una vez expulsado y cuando se dirigía a los vestuarios «se volvió a dirigir a mi asistente diciéndole»: ‘Menudos sinvergüenzas’.
El técnico del Melilla explicó en rueda de prensa que se marchó de Lepe muy fastidiado, humillado y vejado. «El árbitro iba a llamar la atención a mi segundo entrenador para amonestarle. Le dije que se centrara en el partido y estuviese tranquilo, que se olvidara de mi banquillo».
«Era muy complicado el partido para los dos equipos y para los árbitros, sabiendo que habían dos equipos que se jugaban mucho. Habrá interpretado lo que habrá interpretado, pero no te da ni la opción de tranquilizarte, te mando a casa y te quedas con eso. Que con mi edad y experiencia me ocurran estas cosas… Van para mi debe, sabiendo que viene gente joven en el arbitraje, que a lo mejor tiene esta forma de actuar y no te dejan ni moverte, aunque esto no me ha pasado ni en Primera ni en Segunda División», se lamentó el preparador de la U.D. Melilla.
Carlos Granero afirmó que «no le he dicho absolutamente nada al árbitro, pero tendría que saber cómo es la gente joven del arbitraje, así que no tendría que haber intentado ayudar, sino callarme la boca».
«He intentado poner paz y la torta que he recibido. Es que no se puede ayudar ni hacer nada, ya nos ponen dos barrotes y nos quedamos ahí. Es increíble, pero es así y me la apunto a mí», concluyó.
