El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, negó ayer que España esté pagando a Marruecos la colaboración que está prestando en la frontera para controlar la inmigración que pretende entrar de forma irregular en nuestro país. En una entrevista concedida a TVE, el ministro aseguró que la colaboración que se está dando entre ambos países se debe a las buenas relaciones que mantienen en estos momentos. “Lo que ocurre es que las relaciones con Marruecos, y milagrosamente con Argelia al mismo tiempo, están en una época francamente dorada”, afirmó García-Margallo, en cuya opinión nuestro país “debería celebrarlo” a pesar del “telón de fondo que supone en Sahara Occidental”.
El ministro, como ya han hecho otros miembros del Gobierno, opinó que en este problema es necesario que se implique la Unión Europea. De hecho, desde el Ejecutivo español “estamos haciendo todo lo posible” para que FRONTEX, la fuerza europea de fronteras, “haga un esfuerzo” y se extienda también a Ceuta y Melilla para controlar la grave presión migratoria que sufren desde hace meses. El problema está, dijo el ministro, en las restricciones presupuestarias que sufre Europa, además de la lentitud que supone abordar un problema de este tipo entre los 28 países miembros.
Esta idea ya ha sido planteada al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, tanto por él mismo como por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Además, el próximo miércoles, 16 de abril, los ministros de Exteriores de los siete países mediterráneos van a formular en Alicante una declaración en materia de inmigración, ya que “es obvio que ningún estado puede abordar este problema solo”.
En este sentido, García-Margallo puso el ejemplo de Estados Unidos, que “es el país más poderoso del mundo y lleva años intentándolo de todas las maneras” en su frontera con México. En el caso de la frontera entre España y Marruecos, el ministro recordó que es la más desigual del mundo en términos de renta, “y mientras haya pobreza en un lado y riqueza en el otro, y los pobres vean la riqueza en los medios de comunicación, esa presión va a continuar”.
La solución, por lo tanto, “pasa por la cooperación al desarrollo” en los países de origen y tránsito para crear en ellos riqueza, pero también “por controlar las fronteras entre todos”, dijo el ministro, para quien es necesario “hacer un esfuerzo para que los inmigrantes no pasen ni la primera ni la segunda valla”.
