1963. El “Por Europa” de Robert Schuman llegó a las librerías pocas fechas después de su fallecimiento. En la Introducción aclara el contenido, prepara, al lector:” Ideas esenciales que han guiado mi acción durante mi vida política en favor de una Europa unida”. Sin él la Comunidad tal como fue definida nunca habría sucedido.
El Parlamento Europeo lo proclamó “Padre de Europa”. Su casa de Scy-Chazelles, Mosela, punto de peregrinaciones, el pasado mes de marzo la Comisión Europea la declaró “Patrimonio Europeo”.
Schuman venido al mundo, criado, en la tierra fronteriza de Luxemburgo abre los ocho capítulos del “Por Europa” con tema dedicado a la frontera. La línea fronteriza, por tradición, en ocasiones, entre otros menesteres, comparte tiempo y espacio con la guerra. Le es vital, impera la verdad del vencedor. Después de la segunda guerra mundial, las antiguas fronteras, responden a una organización de la convivencia humana superada por la interdependencia mundial, migración, nuevas generaciones, costumbres, economía mundial, transportes, telecomunicaciones, viajar hecho cotidiano. Schuman redacta el método para obtener la desconocida naturaleza-diseño de las nuevas fronteras. Admite la realidad, en retroceso, de la frontera anclada dentro del pasado: “Las fronteras políticas nacieron de una evolución histórica y étnica respetable, de un largo esfuerzo de unificación nacional; no es cuestión de borrarlas”. La salud, de momento, de las desconocidas fronteras, emana de consolidarlas como zonas de contactos de “ideas, personas, bienes, solidaridad”. Señalan el futuro de áreas de encuentros entre países próximos o lejanos:” Su razón de ser: saber limitar su papel a una misión futura, de algún modo espiritualizada. Se tendrán que convertir en líneas de contactos, donde se organicen e intensifiquen intercambios materiales y culturales, delimitarán a cada país las tareas propias, responsabilidades, iniciativas, en el conjunto de problemas que traspasan las fronteras”. En una palabra:” Todos los países solidarios unos con los otros, descubrir tareas comunes, interés común”. La visión del nuevo futuro exige cambio de mentalidad de lo nacional a lo supranacional. Schuman denuncia, el “aislamiento causa debilidad y de decadencia”.
Los continentes caminan hacia interdependencia, solidaridad intercontinental, a traducir en hecho real la gran familia humana. Desaparecen las distancias. Para adentrarse por la filosofía de las nuevas fronteras, de Robert Schuman, puede servir de guía el primer capítulo del Por Europa centrado en: “La fragmentación de Europa se ha convertido en anacronismo absurdo”. Claves son las primeras palabras y últimas palabras del capítulo. Las primeras hablan:” Las fronteras políticas nacieron de una evolución histórica y étnica”. Las últimas aseguran: “Todos los países son solidarios unos de los otros”. Schuman espiritualiza fronteras.
