El nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Melilla, que fue aprobado inicialmente en mayo de 2012, sigue sin ver el visto bueno definitivo debido a “tres escollos” relacionados con departamentos estatales sobre los que la Consejería de Fomento confió en que puedan estar resueltos en cuestión de poco tiempo, antes de que se celebren las elecciones generales. Lo contrario demoraría aún más este largo trámite administrativo. El consejero de Fomento, Javier González, explicó ayer en una entrevista concedida a Televisión Melilla que estos “escollos” son con AENA, el Ministerio de Medio Ambiente y “otro muy pequeño” con el Ministerio de Defensa. Dos de ellos, sin especificar cuáles, dijo que “empiezan a ser pequeños” gracias a las gestiones que ya desarrolló el Gobierno local durante la anterior legislatura.
Según indicó González, el problema está en que estas tres cuestiones que tienen bloqueada la aprobación del PGOU están reguladas por leyes o decretos que “encorsetan” a Melilla, ciudad de apenas 13 kilómetros cuadrados donde no se puede aplicar “el baremo más duro”, sino “el que sea justo y que permita vivir cumpliendo la Ley”. Por ejemplo, se refirió al cálculo de las riadas con una previsión de 500 años, cuando el anterior PGOU estaba con una de 100 años, que es menos exigente e igualmente autorizada por la Ley.
Actualmente, en pleno mes de agosto, la actividad administrativa está parada, aunque el consejero de Fomento tiene ya las citas concertadas para viajar a Madrid en los próximos días “para tratar de correr y obtener el objetivo cuanto antes”. Solo cuando eso ocurra Melilla podrá aprobar definitivamente el nuevo PGOU, que sucedería al que está vigente desde 1996, pese a que el periodo de validez es de 14 o 15 años.
