El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ve “una exageración” decir que Ceuta y Melilla “son un semillero de yihadistas”, una visión que empieza a extenderse entre la opinión pública nacional después de que ambas ciudades autónomas hayan sido escenario de varias operaciones antiterroristas en los últimos meses. Solo en Melilla, en lo que va de año se han producido cuatro, la última hace apenas diez días, cuando el 26 de septiembre fue detenido en la Cañada de Hidum el presunto jefe de una célula del Estado Islámico, Mohamed Said Mohamed, actualmente en prisión provisional decretada por el juez Gómez Bermúdez, de la Audiencia Nacional. Fernández Díaz explicó ayer en una entrevista para El Mundo su visión sobre la situación que el fenómeno yihadista atraviesa en España, donde el Ministerio del Interior “está haciendo los deberes” para hacer frente a “una amenaza” de la que nuestro país no es inmune.
“Decir que Ceuta y Melilla son un semillero de yihadistas es una exageración y se están tomando muchas medidas para evitarlo. España es el país de la UE que más células yihadistas ha desarticulado desde el 11-S. No somos inmunes a esa amenaza, pero estamos haciendo los deberes”, respondió.
Nuevos delitos
Entre las medidas que Interior está estudiando llevar a cabo, destacan la posible tipificación como delito algunos de los movimientos que siguen la mayoría de quienes se entregan al fenómeno yihadista, y que se basan fundamentalmente en la formación y el desplazamiento a las zonas de conflicto para seguir con ese adiestramiento para después, en el retorno a Occidente, aplicarlos en acciones terroristas planificadas.
“De la misma manera que el consumo de pornografía infantil en la red es un delito, estar consumiendo adiestramiento o formación terrorista en la red también podría ser tipificado como delito”, explicó Fernández Díaz. En este sentido, hay que recordar que en el material informático intervenido en las sucesivas operaciones antiterroristas que se han puesto en marcha se han podido comprobar la actividad de los detenidos en Internet, donde suelen buscar información sobre explosivos y el radicalismo de la religión.
Otro de los ejes en los que está trabajando Interior es en que “sea tipificado como delito desplazarse a una zona de conflicto para integrarse en organizaciones terroristas”, algo que también es común en muchos de los detenidos. El último, Mohamed Said Mohamed, había viajado a Malí y a otros lugares para practicar la yihad, aunque hasta el momento de su detención se dedicaba a captar adeptos en la zona de Nador.