Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Fases del duelo

Por Natalia Bocanegra (“www.coachnataliabocanegra.es”)

El duelo es un proceso por el cuál es importante recordar que requiere tiempo y aceptación. El duelo en contra de lo que todo el mundo tiene en mente, es parte de la vida y como tal es normal y sano.

También tengo que decirte que no hay instrucciones concretas acerca del duelo como tal o de cómo se tiene que elaborar un duelo. Estas fases del duelo que a continuación te mostraré, no son un manual concreto con las normas concretas, sino que simplemente son descripciones de algunas de las experiencias que puedes tener y que pueden estar pasando algunas personas que conozcas. Por lo tanto, si reconoces alguna de ellas en ti o en un ser querido recuerda que es normal y sano.
Hay 5 fases por las que va experimentando mientras anda ese camino de vida la persona en el duelo. Son las siguientes;
Negación y el Shock, Cuántas veces nos podemos decir, ¡esto no puede estar pasándome! En esta fase el pensar que no es real lo que sucede puede ayudar a soportar el dolor abrumador que nos ha provocado la pérdida. Por lo que es bueno sentir esta negación reacia hacia lo sucedido, es bueno preguntarse y sentir que es irreal lo que estás viviendo. Eso no significa que niegues lo que ha sucedido, pero sí que, quizás, se pueda ir asumiendo gradualmente y muy poco a poco la situación, o la nueva realidad en la que te ves sumergido o que te espera, tanto si quieres como si no quieres. Pero con el tiempo, te vas dando cuenta que la negación y el shock en el que un día estuviste va desapareciendo y da paso a nuevas oleadas de emociones inconscientes en tu interior.
Ira, ¿A que a veces sientes rabia porque te tocó vivir ese duelo? Con mucha frecuencia la ira oculta un dolor o un miedo intenso. Cuando nos permitimos sentir de verdad esa ira y expresarla, permitimos que esas otras emociones salgan también a la superficie y podremos tener la oportunidad de trabajarlas. Muchas personas han aprendido a temerle a la ira y sienten vergüenza de expresarla, así que la mantiene bajo la superficie y esto hace que no pase a la siguiente fase. La función de la ira es activarnos para ponernos en marcha y hacer que algo suceda. Cuando sentimos ira por algo que no podemos controlar, la actividad física nos ayuda a usar la activación fisiológica del modo en que está diseñada para ser usada. Desahogarnos de esta manera nos puede ayudar a consumir la energía generada por la ira y a no volver a la fase de la negación. A veces resulta útil calmarnos junto a un amigo o amiga, a un ser querido en el que confiemos o ponerlo por escrito. Esta es una fase que debemos tener en cuenta para no reprimirnos y que luego estalle dejando consecuencias severas.
Negociación, ¿Te pasas las horas y los días como loco/a dando vueltas a todos los “y si…” o los “ojalá…”? Si realmente contestas que sí, estás en toda regla negociando contigo mismo/a. Esto puede que suceda en momentos pasajeros y puede que desemboquen por dentro sentimientos de culpa con esas preguntas que nos hacemos. Nos empezamos a preguntar qué habría sucedido si hubiéramos tomado otras decisiones diferentes en tiempos distintos. Quizás podemos empezar a negociar con DIOS, el Universo o ese ser superior en el que creemos poniendo nuestra fe, o simplemente empezamos a creer en algo más allá por la simple razón de sentir apoyo en la misma soledad, también podemos prometernos hacer las cosas diferentes desde este momento en el que pasas esta fase para tratar de arreglarlo todo desesperadamente ya que simplemente queremos que todo vuelva a ser como antes. En esta fase debemos ser conscientes que la negociación es algo normal en una pérdida debido a que el ser humano debe dar equilibrio a su vida para subsistir, y ese equilibrio viene con la misma negociación de todo lo que sentimos y nos rodea.
Depresión, ¿Tienes una sensación de intensa tristeza y gran vacío dentro de ti? Te aseguro que estás en la fase depresiva, es una fase en la que, la sensación de pérdida profunda es enorme. Es algo normal y por lo general no tiene por qué indicar la presencia de un trastorno mental. A veces, las personas que nos rodean se asustan porque lo único que desean es que estemos bien y solucionar todo lo que nos afecta para que podamos superar esa gran tristeza, ese gran vacío, lo que es lo mismo, están loquitos por que cambiemos el chip ante la situación, aunque saben que será poco a poco. Y realmente es importante que tengamos en cuenta que no debemos negar este dolor y menos que lo bloqueemos, tampoco hay que ocultarlo ya que hará que estalle como una bomba dentro de nosotros. Lo que podemos hacer en esta fase es sentir el dolor y abrazarlo dándole cariño y diciéndole que pronto pasará, porque somos humanos y nada es para siempre, parece una locura, pero os aseguro que es lo mejor para combatir la depresión, algunos/as no saben lo que es abrazar ese dolor, algunos/as creen que deben darle la espalda para no sufrir sin saber que ese dolor puede hacer un efecto revote, pero un profesional (Psicólogos/as, Coach, etc) puede ayudar a que sepamos abrazarlo correctamente y así es como va desapareciendo el dolor para que no vuelva tan intenso y sepamos gestionar esa emoción abrumadora.
Aceptación, Cuando le concedemos al duelo el tiempo y el espacio que necesita, aceptamos la situación. Es cuando podremos sentirnos más capaces de dar un paso adelante y volver a ver la vida con oportunidades. En la aceptación, la nueva realidad nos sigue disgustando, y esto hay que tenerlo bien claro, pero asumimos que es la nueva realidad que nos ha tocado vivir y empezamos a atender nuestras necesidades y nos abrimos a nuevas experiencias aprendiendo bastante del mismo duelo. Cabe destacar que, en la aceptación no es olvidarse ni dejar de sentir en ocasiones lo que se llama bajones de ánimo, pero al haber aceptado, es un darse cuenta de ese bajón y seguir afrontando nuevos retos aprendiendo de todos ellos. En resumen, la aceptación no significa que la situación nos guste ni que estemos de acuerdo con ella, sino que sabemos gestionar todas esas emociones que suelen volver para que no nos hagan daño como si pasara una demoledora por nuestra vida.
En definitiva, te doy unas reglas a seguir para que el duelo sea más ameno, son las siguientes;
1) Aceptar la nueva realidad después de la pérdida (pasando por las fases en el tiempo que corresponda a cada persona).
2) Adaptarse en un entorno en el que ese ser querido, ese/a ex, o ese trabajo ya no está.
3) Trabajar el dolor del duelo (cada uno/a gestiona diferente ese dolor).
4) Avanza paso a paso cada día, avanza ese 1% diario.
5) Recordar no es malo, pero no te detengas, sigue viviendo.
Mirando el lado positivo del duelo, siempre digo que forma parte de la vida, y la fortuna que nos llevamos de perder a alguien o algo, es que siempre vive en nosotros y jamás te volverás a quedar vacío/a ya que todo se rellena con su recuerdo.
Espero que esta segunda parte del duelo les haya servido de ayuda y le hagan recapacitar por si algún conocido lo está pasando. GRACIAS lector por estar siempre ahí.
Con cariño de Natalia Bocanegra, Coach en Gestión e Inteligencia Emocional, Ejecutiva y de Equipo “Nivel 4”, Experta en Psicología Positiva, Psiconumerología, Mindfulness, Psicología de la Personalidad, Desarrollo Humano, PNL, Coaching Ontológico, Escritora en sección de autoayuda y Monitora en Terapia Asistida con Animales.

www.coachnataliabocanegra.es

Loading

Redacción

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€