Dentro del ciclo de conferencias “Annual 1921. 100 años de historia” organizada por la Consejería de Cultura de Melilla, se ofreció ayer, a las 18:00 horas, en el Salón de Actos de dicha consejería, la Conferencia “A trancas y barrancas” de la mano de Severiano Gil.
El acto fue presentado por José Ortín, coordinador de dicho ciclo, quien, tras su intervención, cedió el turno al ponente Severiano Gil, que durante una hora y media, evaluó detalladamente las consecuencias que, tras una serie de decisiones y sucesos, como por ejemplo, la inestabilidad política, con continuos cambios de gobierno; la contribución negativa de la I Guerra Mundial; la influencia de los nacionalismos en el Protectorado; la continua obsesión de determinados partidos políticos, que desentendiéndose de los verdaderos problemas nacionales, centraron sus miras en derrocar a la monarquía, las fricciones sociales o los conatos de subversión creados dentro del propio Ejército, por las Juntas de Defensa, en claras disputas con los africanistas, influyeron de forma determinante en las situaciones que se dieron durante el protectorado.
Melilla, en parte, fue la inductora de esta visión ajena a la realidad española; acostumbrada a sufrir la guerra y a aprovechar sus beneficios, la Ciudad se movía a un ritmo distinto al de España. Así, aislada de los fenómenos de orden social y político que ocurrían en el resto del territorio nacional, estuvo alejada de la perspectiva de una situación que, “a trancas y barrancas” se podía controlar en todo el Estado, y mucho menos, en las lejanas tierras situadas al otro lado del Mediterráneo.
