La extracción de tierras raras es un asunto clave en la actualidad debido a su importancia para la tecnología moderna y las energías renovables. Mientras EEUU pretendía, al menos hasta la reciente pelea entre Trump y Zelenski, negociar con Ucrania acuerdos económicos relacionados con estos minerales, en España se identificó recientemente un yacimiento con potencial significativo.
Los posibles yacimientos de tierras raras en la comarca del Campo de Montiel, en la provincia de Ciudad Real, España, han sido objeto de interés y controversia desde que en la década de 1990 técnicos de la Empresa Nacional Adaro (antecedente de Quantum Minería) identificaran recursos de óxidos de tierras raras, como la monacita, en municipios como Torrenueva y Torre de Juan Abad. Ya en el siglo XXI, Quantum Minería impulsó proyectos como «Matamulas» para explotar estos yacimientos, con el potencial de convertir a España en el primer productor europeo de estos materiales estratégicos, esenciales para tecnologías como vehículos eléctricos y aerogeneradores.
El impacto ambiental de estos proyectos ha sido un punto crítico. La extracción de tierras raras requiere grandes cantidades de agua —un recurso escaso en la región— y podría generar contaminación por polvo y elementos radiactivos como torio y uranio presentes en la monacita, amenazando cultivos, la biodiversidad (incluidas especies como el águila imperial y el lince ibérico) y zonas protegidas cercanas, como la ZEPA «Áreas Esteparias del Campo de Montiel». La oposición social, liderada por plataformas como «Sí a la Tierra Viva», y los informes negativos de impacto ambiental llevaron a la Junta de Castilla-La Mancha a denegar permisos en 2018, decisión respaldada por el Tribunal Superior de Justicia en 2021. Sin embargo, Quantum ha insistido con nuevas propuestas, como el proyecto «Neodimio» en 2024, que abarca 9.000 hectáreas.
En términos de independencia europea, el yacimiento del Campo de Montiel podría ser clave. Se estima que podría producir 2.100 toneladas anuales de tierras raras, cubriendo un tercio de las necesidades de la UE, que actualmente depende casi exclusivamente de China (proveedor del 80-95% mundial). Esto reduciría la vulnerabilidad estratégica de Europa, fortaleciendo sectores como la automoción y las energías renovables, y generando empleo local. No obstante, el equilibrio entre estos beneficios y la sostenibilidad ambiental sigue siendo el principal desafío, con debates abiertos sobre técnicas de extracción más responsables y la oposición de comunidades locales que priorizan su modelo de vida tradicional.
¿Qué dice la empresa Quantum Minería al respecto?
Ante las críticas, Quantum Minería volvió a presentar en 2024 una solicitud para investigar la viabilidad del yacimiento, alegando que la transición energética y la autonomía europea dependen de la explotación de estos minerales. La empresa asegura que su proceso de extracción es respetuoso con el medioambiente, reitera que:
- Se retiraría temporalmente la capa vegetal y se restauraría tras la explotación.
- No se usarían productos químicos contaminantes en la separación de la monacita.
- Se minimizaría el impacto en la agricultura local mediante explotaciones por sectores.
Según Quantum Minería, la producción de 2.100 toneladas de tierras raras permitiría fabricar hasta 350.000 coches eléctricos o 10.000 aerogeneradores, elementos clave para la descarbonización europea.
Frente a la reapertura del debate, y volviendo a los opositores, estos han propuesto alternativas, como la reactivación de minas abandonadas en España, donde podría haber cantidades significativas de tierras raras en escombreras.
A día de hoy el interés estratégico de la Unión Europea por estos minerales sigue creciendo, lo que podría influir en futuras decisiones sobre el yacimiento de Ciudad Real. Mientras tanto, la tensión entre la explotación de recursos y la protección ambiental sigue marcando el debate en torno a las tierras raras en España. Merece la pena intentar buscar soluciones y que el proyecto salga adelante…
