¿Qué queda de aquel liberal que jugo a político pero se quedó en el camino? Esto pensaba cuando asistí a su conferencia el pasado lunes en el Salón de Actos del Colegio de Abogados de Melilla. Tal vez a este Pilarista que se educó en Príncipe de Vergara le pesa más en su balanza la Ley, y por eso sigue siendo referencia letrada en España, como lo fue su padre y su tío Joaquín.
La operación reformista al estilo Cambó pero con el sello Roca fue un suflé que hizo desaparecer a él mismo, a Garrigues o a Sainz de Robles, a pesar del apoyo de la CEOE o de Diario 16 con Pedro Jota Ramírez a la cabeza. Lo liberal, como sello de identidad, apenas cuajó en el reinado de D. Juan Carlos I. José Antonio Segurado, presidente del Partido Liberal, brilló en la tribuna del Hemiciclo del Congreso pero su salida de Coalición Popular, desemboco en la integración en el PP tras pasar por su particular desierto. En su conferencia nos situó primero en un tablero internacional. En él aparece Donald Trump ¿y por qué gana?, se preguntó Antonio Garrigues en Melilla, porque en ocho años los norteamericanos han perdido dinero. Atribuyó a Marine Le Pen su subida gracias al descontento francés. Y reflexionó que los deseos de cambios siempre benefician a un populismo que tras vencer entra en un periodo de moderación. Asuntos como que un sesenta y ocho por ciento de graduados en la Universidad Antonio de Nebrija sean mujeres o como los trasplantes suponen una transformación en todos los campos o que no debemos descartar la clonación humana, sin que los sentimientos no cambien, fueron las siguientes piezas de un tablero racional. El cual no se aísla como hará el Brexit con el Reino Unido, sino que a diario pone en práctica que la migración es riqueza ya que la historia de la humanidad es la historia de las migraciones. Garrigues Walker, presidente de honor del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha defendido que con la unidad de Europa las políticas migratorias serían manejables. Y en cuanto a la situación en Melilla, tras visitar la Oficina de Asilo en la frontera de Beni Enzar y el CETI, dijo que la “tarea que se está haciendo aquí es ejemplar y modélica, reconocida a nivel nacional e internacional”. Decía Antonio Garrigues en una Tercera del diario “ABC” que “no es liberal el que defiende tradiciones o privilegios aunque sean causa importante de desigualdades; ni tampoco el que acepta esas desigualdades como inevitables, e incluso naturales a la condición humana; no es liberal el que coloca a la sociedad como un valor superior al individuo y a la igualdad como un principio que prevalece sobre el de libertad; no es liberal el que mitifica y sacraliza el mercado como la panacea universal”. Escucharle, sin papeles, con su experiencia ganada en los mil senderos de la vida supone abrir mentes y contrastar ideas.
