Escritores, “escribidores” y lectores

¿Qué seríamos sin la lectura?, y sin el entendimiento y comprensión de lo que leemos. Dentro de la lectura tenemos de todo y para todos los gustos, materia aparte son los diferentes libros académicos que durante nuestra vida escolar, la universitaria incluida (quien la haya tenido) nos hemos visto obligados a leer y releer para entender y luego desarrollar a la hora de contestar los diferentes exámenes. Los de mi edad, mayormente, lo primero que leímos fue aquella enciclopedia de EGB llamada Álvarez, menos la asignatura de religión lo abarcaba todo, bueno, tampoco aquella de F.E.N. (Formación del Espíritu Nacional). También hemos tenido que leer para sacarnos el carnet de conducir, en algunos cursillos de formación, las cartas que cuando estábamos lejos recibíamos de la familia y novia, las novelas de CorínTellado, Marcial la Fuente Estefanía y también todo tipo de prensa local y nacional, así como numerosas revistas.

Todo lo anterior interesante por supuesto, no obstante, cuando hablo de escritores yo me quiero referir a algo mucho más amplio como os podéis imaginar. Una cosa es escribir, ser escritor, muchos/as de gran renombre y prestigio, los cuáles, nos endulzan la vista, el espíritu, el corazón incluso y la vida en general. Me gusta leer y lo suelo hacer bastante, yo agradezco profundamente a todas estas personas que nos dejan todo su legado literario como bien cultural para la humanidad.

Dicho todo lo anterior, no confundir por favor, con “escribidor” como es mi caso particular, sí me gusta mucho leer, también me gusta escribir por entretenerme, manifestar mis opiniones y comentarios sobre los diferentes aspectos cotidianos, familiares, deportivos, políticos y ciudadanos. Lo de ser ESCRITOR es otra cosa.

Leyendo hace muy poco una gran revista cultural para mí (Jot Down), y que según tengo entendido, cada vez es más leída sobre todo por gente de la cultura, política, e incluso deportistas de élite, me ha llamado mucho la atención un artículo leído a Jenn Díaz, precisamente referido a los escritores, del cuál entresaco algunas “pinceladas”.

Dice que <>, y que <>, María Zambrano lo tenía muy claro, cuando dijo <>, que también Mario Benedetti decía que <>.

Simone de Beauvoir decía que <>, del mismo modo que Antonio Machado dijo <>. Francisco Umbral lo dijo y es indiscutible, que <>. Le preguntaron a Saúl Bellow qué sentía tras recibir el Premio Nobel y contestó: <>. Como decía más arriba, estas son grandes pinceladas de ese no menos grande artículo sobre el ESCRITOR, de Jenn Díaz en la Revista Jot Down que a mi me han gustado y mucho y es que hay gente que lo sabe decir y expresar todo muy certeramente y por ese motivo además de por sus narraciones de todo tipo, son magníficos escritores/as.
¿En qué otra profesión, incluyendo todas las creativas y artísticas del lado del escritor, necesita uno contarse a sí mismo para comprender algo, para poder desentrañar lo que no se comprende? El pensador, el filósofo, el poeta, el escritor. Todos utilizan sus herramientas, su oficio para profundizar en cualquier herida. Sí, es agotador. Es como ser madre, no se tiene un rato libre, la madre siempre está disponible, incluso, cuando descansa sigue siendo madre. Dicho esto último, a mis 63 años sigo añorando y recordando a la mía que junto a mi padre reposan en el Cementerio de la Purísima, ambos desde 1975, el mismo año que nació Mónica, mi primera hija ( psicóloga y por supuesto gran lectora) que ahora también es madre. Curiosamente, ese mismo año falleció también el gran dictador gallego y español de Ferrol (lástima, mi padre lo hizo un mes antes que él y no se pudo enterar, eso lo llevaré siempre grabado en mi mente como el año 1975). Espero que haya quedado suficientemente clara la diferencia, los que han sido y son escritores, GRANDES ESCRITORES y los que como yo, somos simplemente “aficionados escribidores”.