Carta del Editor. MH, 28/5/2025
Enrique Bohórquez López-Dóriga
Parte del un editorial de ABC: “Israel tiene derecho a defenderse, incluso es aceptable que pretenda liquidar a Hamás como organización y tiene derecho a proteger a sus ciudadanos. Pero ese derecho no incluye el de actuar con impunidad ni pretender que la Historia no revise con dureza los excesos que se están produciendo ni condene a sus protagonistas. Defender al pueblo judío no puede significar callar ante la injusticia. Y criticar a un gobierno israelí no significa abrazar el odio antisemita. Hay que trazar con firmeza esa línea. Porque en esa linea se juega también la credibilidad de nuestras democracias, el valor de los derechos humanos y la dignidad de todas las víctimas, sin importar su religión, su nacionalidad o su bandera. Estamos del lado de la libertad. Y la libertad incluye el derecho -y la obligación- de denunciar lo que está mal”.
Nada puede normalizar el asesinato de niños. Tampoco se debe normalizar el hecho de que los terroristas se escuden tras niños
Yo añado: nada puede normalizar el asesinato de niños. Tampoco se debe normalizar el hecho de que los terroristas se escuden tras niños.
Generar confianza.
En el actual contexto global (internacional), altamente inestable, la capacidad para generar confianza en los agentes económicos está íntimamente ligada con la estabilidad institucional y el respeto a las libertades individuales y la propiedad privada. Por desgracia, en la economía española esos principios están siendo cuestionados, cuando no directamente atacados, por los partidos que forman parte o que sostienen al Gobierno de Pedro Sánchez, lo cual supone una clara desventaja competitiva para nuestro país. Pese a liderar (porcentualmente) el crecimiento de la zona euro desde la pandemia, los desequilibrios sin resolver en los ámbitos laboral, fiscal y energético, junto a la extrema polarización, constituyen un hándicap para poder aprovechar al máximo las potencialidades intrínsecas que un país como España puede ofrecer para la inversión productiva.
Por desgracia, Melilla es, económicamente, una ciudad comunista, una ciudad en la que todo -o casi todo- es público o depende de lo público. Y así nos va
El párrafo es una reproducción parcial, con ligeras modificaciones, del editorial del diario económico Expansión del sábado pasado. Lo que tal editorial dice, referido a España, es totalmente aplicable -incluso con mayor énfasis- a Melilla, ciudad en la que, por no ser Comunidad Autónoma, ni parte de ninguna de las autonomías de España, el peso del gobierno central es inmenso y el respeto a las libertades individuales y a la propiedad privada, no es la característica fundamental de casi ningún gobierno o administración burocrática pública, muy especialmente-para mal- del gobierno de Sánchez. En fin, tengo que insistir -por desgracia- que Melilla es, económicamente, una ciudad comunista, una ciudad en la que todo -o casi todo- es público o depende de lo público. Y así nos va.
Frases célebres
Me refugio, para evadirme, en la lectura de, por ejemplo, “Frases que han hecho Historia”, como se titula un ingenioso libro de Carlos Fisas que fue publicado en 1991. Las primeras páginas que leo: Dicen que el emperador romano Tiberio -que sucedió a Augusto- empezó muy bien y terminó muy, muy mal, pero siempre fue un buen administrador de los fondos públicos. Un día un gobernador de provincias le envió una enorme suma de dinero, fruto de unos impuestos manifiestamente superiores a lo presupuestado, y Tiberio le destituyó fulminantemente, exclamando: A las ovejas se las puede esquilar pero no despellejar. Sería más que conveniente que -próximo ya el momento fatídico del latrocinio legalizado- esa frase la adoptaran como lema los ministros de hacienda de todos los países, empezando por el nuestro.
La historia de los hombres: “nacieron, sufrieron y murieron”
Dos frases más: «Soy libre porque de mí no depende nadie. No soy esclavo porque no dependo de nadie”. Es una frase de Viktor Tausk, -uno de los pioneros del psicoanálisis, un brillante y paupérrimo atormentado que se suicidó- citada por Fernando Savater en un libro suyo muy oscuro publicado en 1981, “La tarea del héroe”.
La frase es genial, como la que leí sobre el resumen de la historia y de sus hombres más conocidos, resumen al que llegó un filósofo tras decenas de años estudiando historia, tratando de explicarla y terminar resumiéndola así: La historia de los hombres: nacieron, sufrieron y murieron”. Así se explica y se entiende todo. Tampoco está mal la frase “No hay mayor conservador que un progre con patrimonio”, como escribió el genial Alfonso Ussía.