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Encadenados a normas, leyes, prohibiciones y dirigentes indignos

MELILLA HOY 05 02 2024

La Semana. MH, 05/02/2024

Por: J.B.

 

Cada vez nos lo ponen más difícil a los españoles y a los melillenses, cada vez la odisea de sobrevivir se asemeja más a la que sufre Odiseo (Ulises) en La Odisea para poder regresar a la isla de Ítaca y recuperar su reino.

Cada vez nos lo ponen más difícil a los españoles y a los melillenses

La Odisea es un poema épico griego, atribuido a Homero, compuesto por 24 cantos. Fue originalmente escrita en dialecto homérico. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Odiseo (Ulises). Además de haber estado diez años fuera luchando, Ulises tarda otros diez años en regresar a la isla de Ítaca, de la que era rey, período durante el cual su hijo Telémaco y su esposa Penélope han de tolerar en su palacio a los pretendientes que buscan desposarla (pues le creían muerto), al mismo tiempo que consumen los bienes de la familia.

La mejor arma de Ulises era su mētis o astucia. Gracias a ella es capaz de escapar de los continuos problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses. Para esto, planea diversas artimañas, bien sean físicas —como pueden ser disfraces— o con audaces y engañosos discursos de los que se vale para conseguir sus objetivos.

El poema está dividido en tres partes y es en la última (La venganza de Odiseo -cantos del XIII al XXIV-), donde se describe su regreso a la isla, el reconocimiento por alguno de sus esclavos y su hijo, y cómo Odiseo se venga de los pretendientes, que querían quedarse con su reino, matándolos a todos. Tras aquello, Odiseo es reconocido por su esposa Penélope y recupera su reino.

Estamos ante una Odisea en forma de normas, leyes, controles, prohibiciones, fiscalizaciones y, lo que es peor, bajo el control de una panda de inútiles y sinvergüenzas

Los españoles y melillenses estamos ante una Odisea en forma de normas, leyes, controles, prohibiciones, fiscalizaciones y, lo que es peor, bajo el control de una panda de inútiles y sinvergüenzas que nos toman por idiotas y a los que sólo interesamos una vez cada cuatro años (para captar nuestro voto con promesas que no piensan cumplir).

El manual de instrucciones para poder moverse, dentro de las normas, en la sociedad española o melillense deja corto a los extensos Episodios Nacionales (escritos por Benito Pérez Galdós).

Algunos ejemplos de la “sociedad de las normas” imperante en España (que tanto gusta a Pinocho Sánchez y compañía, a los que les encanta prohibir, controlar y decirnos qué es bueno y qué no lo es): 1) Si quieres aparcar, en la mayoría de ciudades españolas, debes pagar un parking o, al menos en las zonas más céntricas, aparcar en las llamadas “zona verde” y “zona azul”, que tienen un tiempo máximo de aparcamiento y una tarifa diferentes en función del color (la verde es más cara y se puede estar menos tiempo y la azul es más barata y se puede estar más); el problema es que las citadas zonas, pese a tener que pagar, siempre están ocupadas y si te pasas un segundo o no has podido pagar por lo que sea, te multan con 90 € o más; 2) Quieren prohibir que las despedidas de solteros utilicen las calles. Quieren decirnos qué podemos decir, qué podemos ponernos, qué conductas (según su moral, claro) son tolerables y cuáles no; En resumen, quieren controlarnos. Lo lógico es permitir la crítica, la sátira o el cachondeo siempre que no se traspasen unos límites que ya están en el código penal y, por tanto, no es necesario prohibir más. 3) Quiere Montero (nuestra gritona ministra de Hacienda), bajo el argumento de perseguir el fraude fiscal, empezar a obligar a las entidades financieras a informar de los movimientos realizados con todo tipo de tarjetas, en resumen, quiere fiscalizar todas las tarjetas de crédito de España. ¡No está mal! Dentro de poco sabrán cuánto hemos gastado en papel higiénico, en pañales o en copas…4) Ya están prácticamente prohibidos los pagos en metálico, jugar al fútbol casi en cualquier parte sin pagar una tasa, beber en la calle, mirar mal a un policía (aunque no lo está pegarles si eres nacionalista amigo de Pinocho), coger el coche con dos cervezas (aunque vayas con toda la prudencia del mundo), fumar casi en cualquier sitio, llevar animales sin correa (aunque sólo puedan matarte a chupetones), dar dinero a tus padres o hijos sin haber pasado por caja (Hacienda), criticar a trabajadores caraduras que están de baja fraudulenta (es bulling/acoso), decir un piropo a una chica, echar a un ocupa que se ha metido en tu casa, etc.

Llegará un día, si todo sigue así, en el que nadie respetará las leyes, ya sea por injustas o por ser aplicadas en contra del Artículo 14 de la Constitución

Pero lo peor de estar cada vez más encadenados a normas de todo tipo (muchas de ellas estúpidas o injustas) es que estas son puestas e impuestas por unos inútiles y/o caraduras que tienen dos varas de medir: la corta para ellos (todo vale; se puede robar, mentir, agredir, cometer delitos contra el Estado y no cumplir las leyes) y la larga para el resto (que debemos andar con mil ojos para evitar hacer algo mal y tener que pagar, con creces, por ello). Llegará un día, si todo sigue así, en el que nadie respetará las leyes, ya sea por injustas o por ser aplicadas en contra del Artículo 14 de la Constitución Española: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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