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"En un hotel no tienes ni dónde lavar la ropa o calentar la leche para el biberón"

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(Autor: Guerrero)

Media docena de las más de treinta familias realojadas por Bienestar Social tras el terremoto de enero en hoteles, se concentraron ayer en la Plaza de España al objeto de que la administración no se olvide de ellas y les dé una solución definitiva a su dilatada estancia en estos establecimientos. Señalan que allí no pueden cocinar, no pueden lavar la ropa, "ni calentar la leche para el biberón". Piden que o les arreglen sus casas para regresar o se les faciliten viviendas sociales, porque las de alquiler les ponen impedimentos por carecer de recursos. Algo más de una veintena de hombres, mujeres y niños se concentraron ayer en la Plaza de España, frente al magullado Palacio de la Asamblea para llamar la atención de las autoridades. Estas familias se declaran molestas porque afirman que su situación de provisionalidad se eterniza sin que se les aporte una solución definitiva a los problemas que presentan. Cuentan que apenas un día después del fuerte seísmo del 25 de enero tuvieron que abandonar sus viviendas por los daños sufridos tras el temblor. Al carecer de recursos económicos suficientes, la Consejería de Bienestar Social les ofreció alojamiento alternativo en distintos establecimientos hoteleros de la ciudad, como el Hotel Nacional, la Residencia de Estudiantes e incluso el Melilla Puerto. Pero la estancia se ha prolongado más de un mes y no ven visos de que pueda cambiar a corto plazo, por lo que piden a la Ciudad Autónoma que no se olvide de ellos. "Pedimos que arreglen nuestras casas para volver a ellas o que nos den alguna vivienda de la Ciudad, que sabemos que hay muchas cerradas", indican.

Cuentan que la propuesta que les traslada la Consejería de Bienestar Social es inviable al cien por cien, como es la de buscar una vivienda de alquiler. "Dice en la Consejería que encontremos una casa de alquiler y que ellos nos pagan la entrada y el mes de fianza, pero cómo pagamos todos los meses si no tenemos dinero", se lamentaba una mujer. "Nos han dicho que pidamos las ayudas al alquiler, pero pueden pasar hasta seis meses desde que la pidamos y nos la den, así que cómo pagamos entre tanto", añadía otra. "Los dueños de las casas no se fían de nosotros, porque no tenemos trabajo y no nos alquilan nada, así que seguimos en los hoteles esperando", denunciaba un hombre. "No nos hemos ido de nuestras casas porque quisiéramos, sino por causa de fuerza mayor, y por eso esperamos que nos ayuden".

Día a día
Estas familias agradecen que la Ciudad Autónoma les buscara un lugar donde refugiarse tras el terremoto, pero "en un hotel no se puede vivir, no es un sitio para criar a nuestros hijos", indicó una mujer, a la que se sumó otra que explicó que en los hoteles "no tenemos dónde lavar la ropa, ni un gas para hacer de comer, ni lavadora, ni tendedero, ni nevera, ni cómo calentar la leche para dar el biberón a los niños, así que muchas veces los niños se van al colegio con un vaso de leche fría en el cuerpo", relató otro de los presentes. En el caso de las familias que tienen que acudir al comedor social por las raciones diarias, señalan que después no tienen un lugar donde poder comer.
"En los hoteles regañan cuando los niños juegan por los pasillos porque hacen ruido y tampoco hay espacio donde puedan jugar o estudiar. No estaría mal que nos dejaran un espacio para que los niños puedan reunirse", solicitó una madre.

Explican que por lo general son familias numerosas con una media de cinco hijos, por lo que se ven hacinados al tener que acoplarse en las habitaciones que les facilitan. "Si somos muchos de familia nos dan dos habitaciones, pero cómo metes a siete personas en dos cuartos. Por eso hay habitaciones que tienen hasta tres camas y no puedes moverte. Es como una cárcel. Esto no es vida", manifestó un hombre.

Acudirán al presidente Imbroda
El día a día se complica para estas familias, que entienden que un hotel es para permanecer un tiempo prudencial de no más de dos semanas, pero no para estar meses. Por ese motivo esperan que las autoridades atiendan sus demandas, que se estudie cada caso y se dé a cada familia la solución que precisa. No descartan pedir entrevistarse con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, para que conozca cuál es su situación y pueda ayudarles. Entre tanto, no descartan continuar con sus concentraciones pacíficas en la Plaza de España el tiempo que sea necesario. "Que se pongan en nuestra piel y nos digan si es normal vivir así, como animales", manifestó otro de los presentes.

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Jesús Andújar

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