Entrevista al DJ, productor musical e ingeniero de sonido Aladín Benberkan Abdelkader ‘DJ Alax’
E.A.: ¿Quién es DJ Alax?
A.B.: Me llamo Aladín Benberkan Abdelkader, aunque aquí en Melilla me conocen más como Alax. Tengo 24 años recién cumplidos. Soy DJ, artista, productor musical e ingeniero de sonido. También me dedico al diseño gráfico, una disciplina que me apasiona y en la que me he formado.
E.A.: ¿Dónde has aprendido todas estas habilidades? ¿Te formaste en algún lugar específico aquí en Melilla, o lo has hecho por tu cuenta?
A.B.: En cuanto a ser DJ, fue algo que fui aprendiendo con el tiempo, ya que me atrajo mucho desde los 11 o 12 años. Empecé a experimentar y, con los años, fui perfeccionando mis habilidades. Respecto a la producción musical, realicé un máster en ingeniería de sonido en Valencia hace un año, donde tuve la oportunidad de aprender de profesionales que han trabajado con artistas como Duki, C. Tangana y Morad. Ellos compartieron su metodología y técnicas para ayudarnos a encontrar nuestro propio sonido. En diseño gráfico, estudié cuatro años en la Escuela de Arte Miguel Marmolejo de Melilla, donde obtuve un grado medio y un grado superior en gráfica impresa.
E.A.: Hablando de la Escuela de Arte Miguel Marmolejo, parece ser un lugar recurrente cuando hablo con personas que se dedican al arte en Melilla. ¿Qué opinas de esta escuela?
A.B.: La Escuela de Arte Miguel Marmolejo es un lugar muy especial. A mí me trataron muy bien allí. Cuando comencé en el instituto era solo un chaval, pero al entrar en la escuela con 18 años, la relación cambió. El trato es diferente, la libertad y el apoyo que te brindan son inmensos. Es un sitio donde respetan a los artistas tal como son y te dan tu espacio. Entienden muy bien a los jóvenes de Melilla, lo cual es admirable en una ciudad que aún está en proceso de evolución en este aspecto. La escuela es como una segunda familia que te apoya tanto a nivel profesional como personal.
E.A.: Es cierto, he escuchado cosas similares. Es genial cómo creen en los estudiantes. Es algo esencial en Melilla, una ciudad que, como mencionas, aún está en desarrollo. Si nadie cree en ti, es difícil avanzar.
A.B.: Totalmente de acuerdo. En la escuela, reconocen el potencial en los estudiantes y valoran los dones que cada uno tiene. A veces, se sorprenden al descubrir talentos increíbles que podrían desarrollarse mucho más. Y no solo te apoyan en lo profesional, sino también en lo personal. Es un lugar donde te sientes comprendido y respaldado.
E.A.: Hablando de tu carrera como DJ, me comentabas que comenzaste a interesarte por este mundo a una edad muy temprana. Pero ¿en qué momento decidiste dedicarte a esto de manera profesional?
A.B.: Desde muy joven, la música y el DJing me apasionaban. A los 16 o 17 años, empecé a aprender de otros DJs y a ver tutoriales en YouTube. Conocí a amigos mayores que yo, quienes me dieron la oportunidad de pinchar en algunos locales en Melilla. A partir de ahí, fui ganando experiencia y aprendiendo cada día más. Con el tiempo, conoces a más gente del sector, tanto en Melilla como fuera, y así vas creciendo profesionalmente. Lo fundamental es ser constante y tener disciplina; con el tiempo, las oportunidades van llegando.
E.A.: ¿Recuerdas tu primera actuación en público? ¿Cómo fue esa experiencia?
A.B.: Sí, la primera vez que actué en público fue en el Soul Beach. Estaba solo en el local, con una mesa pequeña y un ordenador. Cometí muchos errores técnicos, pero fue parte del proceso de aprendizaje. Con el tiempo, mejoras tanto a nivel técnico como en la interacción con el público, lo que también te ayuda a madurar como profesional.
E.A.: También imagino que has evolucionado musicalmente desde entonces. Al principio, ¿pinchabas solo música electrónica?
A.B.: Exacto, pero con el tiempo me he adaptado a lo que la situación requiere. No puedo limitarme a un solo estilo, aunque me gustaría. En Melilla, es importante ser versátil. Aquí la gente tiene preferencias musicales muy concretas, y si te sales de eso, puedes perder al público. Esto puede ser un desafío, pero también es una oportunidad para crecer y diversificar tu repertorio.
E.A.: ¿Tienes a alguien o algún momento que te mantenga con los pies en la tierra cuando el ego se descontrola?
A.B.: Sí, las personas cercanas a mí, mi círculo de confianza. Ellos son los que me dicen las cosas como son y me ayudan a mantener los pies en la tierra. Es esencial tener a alguien que te haga volver a la realidad cuando es necesario.
E.A.: Para terminar, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que están comenzando en este mundo y sueñan con llegar a donde tú estás hoy?
A.B.: Les diría que no tengan miedo de empezar desde abajo y que no se desanimen si las cosas no salen como esperan al principio. Es normal encontrarse con obstáculos, pero lo importante es ser constante y no rendirse. Deben estar dispuestos a trabajar duro, aprender de los errores y seguir practicando, porque con el tiempo, todo esfuerzo tiene su recompensa. Es fundamental rodearse de personas que los apoyen y creer en ellos mismos, incluso cuando otros no lo hagan.
E.A.: Quería preguntarte sobre el tema del ego en el mundo de los DJs. Es algo que puede ser peligroso, ¿no?
A.B.: El ego es un tema delicado. Es necesario saber cuándo usarlo y cuándo controlarlo. En ocasiones, te encuentras con personas que subestiman tu trabajo o te critican, y ahí es donde el ego puede salir para defender lo que haces. Pero es importante no dejar que te domine, porque si te dejas llevar por él, puede ser perjudicial. Hay que tenerlo bajo control y ser consciente de cuándo es apropiado mostrarlo.
E. A.: ¿Has notado que cuando la gente de aquí viaja a otras ciudades, disfrutan de otros estilos musicales que tal vez no aceptarían en Melilla?
A.B.: Sí, definitivamente. Aquí la gente prefiere escuchar lo que ya conocen, pero cuando van a lugares como Andalucía y escuchan techno, por ejemplo, lo disfrutan mucho. La forma en que se presenta la música, con luces y efectos, también influye en la experiencia. Al final, si la música se pincha bien, gusta en cualquier parte.