A partir del uno de enero de 2016 los usuarios dejarán de abonar por los medicamentos de dispensación hospitalaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS), según viene recogido en la Ley de Presupuestos Generales del Estado. En concreto la Disposición final vigésima refleja la modificación del Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la "Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios". Con efectos de 1 de enero de 2016 y vigencia indefinida "solo la prestación farmacéutica ambulatoria que se dispense por medio de receta médica oficial u orden de dispensación a través de oficinas de farmacia estará sujeta a aportación del usuario".
Melilla
Aunque en el Comarcal este tipo de prestación apenas suponía un ingreso mensual de unos 510 euros mensuales, con lo recogido en la Ley de Presupuestos generales del Estado para 2016, se pone fin a una de las medidas, que derivadas de las recogidas en el R.D.L. 16/2012 de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, “han logrado desde los ajustes necesarios, el control de la situación crítica que padecía el Sistema Nacional de Salud, que en enero de 2012 arrastraba un déficit de 16.000 millones de euros”, indica Ingesa.
En Melilla, el Ejecutivo local acordó asumir el coste del copago a aquellos pacientes que se verían afectados por la medida. Para ello, se dio luz verde a la creación de un modelo de ayuda pensando en los pacientes crónicos. Debido a que el número de afectados con esta medida de copago que entró en vigor en octubre de 2013 no era muy elevado, se decidió habilitar una partida anual de doce mil euros, unos tres mil por trimestre, dado que el Ingesa estimó en su momento que con esta fórmula de copago se recaudarían unos diez mil euros al año.
