Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

In Memoriam

El viejo maqui

Hace cinco años me preguntaba cuál podría ser la razón por la que la figura de Pepe Galacho ya no llenaba el paisaje del Rincón de la Victoria con aquel andar peculiar firme y disciplinado, aquél paso propio de una férrea voluntad desafiante para con las leyes de la biología por sus más de noventa años de entonces.

Finalmente, se desveló el misterio de su ausencia: el determinismo se impuso. Fue mi amigo el pintor Antonio Gallero quien me dio la noticia vía WhatsApp: "Se nos ha ido, acabamos de darle tierra". Fue el punto y final de un largo proceso.
Hace algunos años un grupo de docentes le hicimos un entrañable homenaje, que agradeció profundamente. Había sido oficial republicano y marcaban su cuerpo algunas cicatrices de aquella guerra fratricida que aún sigue coleando en la memoria mancillada de los que sobrevivieron («La guerra no la ganaron ellos, la perdimos nosotros», nos decía… Y qué lección magistral para las izquierdas del tiempo presente). El viejo maqui nos contó, entre otras experiencias y anécdotas, que solían “caer”, más que por las batidas de la Guardia Civil, por las enfermedades de una vida extrema expuesta a los fríos inviernos y a la escasez de todo tipo. Nos contó también que hacía muchos años que había dejado una lata, utilizada a modo de jarrillo para calentar alimentos, en la oquedad de unas piedras y cómo volvió a encontrarla allí mismo varias décadas después en un viaje orientado hacia los recuerdos con la familia.
Se nos fue con el puño en alto, a la antigua usanza de aquellos camaradas que dieron la vida por un mundo más justo, más solidario; aquellos apóstoles laicos capaces de los más radicales sacrificios por el bien común, envuelto en simple madera según mi amigo, sin supercherías simbólicas innecesarias de otros pensamientos anestesiantes, austero como fue a la hora de navegar por la vida. Buen viaje, compañero.
Ya no se ve al viejo maqui caminar por el paseo marítimo del Rincón de la Victoria. Así son las cosas; “tempus fugit”, que decía Virgilio en sus “Geórgicas” o en algunos relojes de sol, « como las nubes, como las naves, como las sombras».

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€