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El vicario afirma que "vienen tiempos difíciles" y anima a los melillenses a trabajar por la paz

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(Autor: Guerrero)

El vicario episcopal, Roberto Rojo, manifestó en su homilía en el aniversario del fin del asedio que sufrió la ciudad a manos de las tropas del sultán de Marruecos hace ya 241 años, que "vienen tiempos difíciles" para los creyentes, en especial cuando distintos dirigentes apuestan por eliminar las costumbres cristianas. Afirmó que frente a todo ello, es preciso seguir trabajando los sentimientos de hermandad que Dios ha depositado en los hombres con el objeto de trabajar una paz social que haga posible que, a nivel local, Melilla siga siendo "una ciudad plural y en armonía, una ciudad de paz y con grandes sentimientos de amor". Tras la ceremonia religiosa se depositó una corona de laureles en el monolito en recuerdo a los defensores de la ciudad. Un año más la afluencia de público volvió a ser escasa. A las doce y media de la mañana se inició en la parroquia de la Purísima Concepción el oficio de religioso de acción de gracias en recuerdo al 241 aniversario del Levantamiento de Sitio por parte de las tropas del sultán de Marruecos. Un año más, la afluencia de público volvió a ser escasa al margen de los representantes de las distintas instituciones y entidades invitadas.

Historia
Según relatan las crónicas, el 9 de diciembre de 1774 el sultán de Marruecos, Muley Mohamed Ben Abdal-Lah, al frente de cuarenta mil hombres, rodeó Melilla con el fin de asaltarla. Durante cien días, la ciudad fue objeto de duros bombardeos y de escaramuzas por parte de las tropas invasoras, que fueron repelidas por los habitantes de la ciudad. El asedio se prolongó por espacio de cien días, hasta la mañana del 19 de marzo de 1775, día de San José, momento en el que el sultán ordenó poner fin a la operación.

El sitio se cobró la vida de 115 defensores, entre soldados y desterrados, una mujer y un niño, así como 584 heridos. Los cuerpos fueron enterrados en "la bóveda de las Ánimas, Patio de Tahona, Bóveda de la Soledad y en los alrededores de la iglesia de la Purísima Concepción". El rey Carlos III dictó que cada 19 de marzo se celebrase, con un oficio religioso, el fin del sitio en recuerdo a los defensores de la plaza. La tradición se mantiene desde entonces. A la ceremonia religiosa de ayer acudieron, entre otros, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, miembros del gobierno local y oposición, el comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu y la secretaria general de la Delegación del Gobierno, María José Gómez.

Misa
La ceremonia la ofició el vicario episcopal, Roberto Rojo. En su homilía, recordó que en esta jornada del 19 de marzo la Iglesia celebra la festividad de San José, una figura que se resume en los adjetivos de hombre prudente y fiel; "un hombre que confió en Dios y le fue fiel", un pobre carpintero que contribuyó a que se hiciera posible el Plan que el Todopoderoso tenía previsto para Jesús y la salvación del hombre. José supo atender la llamada del Padre y marchar a un país extraño para proteger a su hijo, tal como hacen miles de familias en estos tiempos que huyen de sus hogares buscando un futuro mejor.

Señaló que esta festividad del Día de los Padres sirve este año de antesala del inicio de la Semana Santa, una fecha en la que se conmemora como "por culpa de unos dirigentes que soliviantaron al pueblo que había escuchado a Jesús", no sólo lo negó sino que pidió fuera crucificado. "Hoy en día también unos dirigentes intentan soliviantar a unos trabajadores para quitar de en medio costumbres cristianas como la Semana Santa, diciendo que esto no tiene importancia. No sabemos lo que va a pasar. Podrán romper y quemar imágenes o cerrar iglesias, ojalá que no, pero los sentimientos de las personas no los podrán arrebatar", dijo. Esos sentimientos son los mismos que hicieron posible que los melillenses soportaran el sitio de 1775 y que Melilla "siguiera siendo cristiana".

Afirmó el vicario que "vienen tiempos difíciles y por eso el Señor nos pide reafirmar nuestra fe, hagamos oración para que siga este clima de paz y armonía entre los pueblos y religiones, para que sea un testimonio de que Dios es para todos los hombres, que la salvación viene de él, que no es un Dios clasista o que diferencia a unos sobre otros, sino un Dios que desde los sentimientos, pone la paz para todos, una paz que debemos trabajar con nuestro sacrificio para lograr que todos podamos vivir unidos". Reiteró que es una tarea de todos hacer que Melilla siga siendo "una ciudad plural y en armonía, una ciudad de paz y con grandes sentimientos de amor que sepamos ofrecer al Señor".

Una ofrenda en recuerdo a los defensores
Al término de la ceremonia religiosa en conmemoración de la defensa que realizó la población de la Melilla intramuros frente a las tropas sitiadoras, la comitiva de autoridades se dirigió al Túnel de la Florentina, lugar en el que se levanta el monolito en recuerdo del mariscal Juan Sherlock, encargado de la defensa de la ciudad durante el asedio. Allí, Manuel Ángel Quevedo, presidente accidental de la Ciudad, el comandante general y la secretaria general de la Delegación del Gobierno, colocaron una corona de laureles. Seguidamente se interpretaron el himno de Melilla y el nacional a cargo de la Banda de Música Ciudad de Melilla. De esta forma finalizaron los actos conmemorativos.

Una de las efemérides más importantes de la historia de la ciudad
El presidente accidental, el consejero Manuel Ángel Quevedo, señaló que cada 19 de marzo se celebra una "efeméride importante para la historia de la ciudad", el fin del "duro asedio" que sufrió Melilla a manos de las tropas del sultán de Marruecos durante cien días, entre diciembre de 1774 y el 19 de marzo de 1775.
"Gracias a la resistencia de los melillenses y de la intervención de las tropas del mariscal Sherlock se celebran 241 años, Melilla sigue siendo una ciudad europea y española, y esto es algo a celebrar todos los años, donde rendimos homenaje a estas personas que sufrieron un duro asedio, y aunque se quedaron sin víveres ni agua, tuvieron la fuerza para resistir", indicó.

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Jesús Andújar

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